Zinedine Zidane aísla bien el ruido. Contra más ruido hay en el entorno más fuerte se muestra él. Ante el ruido de la que se presentaba como llegada inminente de José Mourinho, serenidad y trabajo en grupo para alejar a fuerza de victorias el fantasma de un portugués que se cansó de esperar. Cuando el ruido ataca a un Gareth Bale al que había sentenciado en verano, nada como abrazarle públicamente, primero en rueda de prensa después en el campo, para así hacerse fuerte en el vestuario. Porque Zinedine Zidane se gana la credibilidad de la plantilla con unas decisiones que el grupo acata por justas.
Lo más fácil era darle la espalda a Bale. En verano, la obligación del club era encontrar acomodo a Bale en el mercado de verano, una oferta británica seguro llegará, pensaron. Pero la única oferta que llegó por Bale fue China y por 0 euros, vamos, que sólo se libraban de la ficha. Esa operación no daba para embarcarse en el fichaje de Pogba así que el club la descartó. Zidane volvió a contar con Bale pero debía ganarse el puesto, sobretodo en Champions, un reto que el galés no entendió.
Su implicación era cuanto menos cuestionable. Pasaba más tiempo jugando a golf y lesionado que disponible. Pero ahora todo ha cambiado. La bandera de la discordia ha dejado a Bale en evidencia. Fue un error. Saltar detrás de la controvertida bandera por mucho que fuera una mofa hacia la prensa fue un craso error. Pero en vez de llevarse una reprimenda del entrenador, Zidane ha protegido a su futbolista y ahora Bale sólo le puede pagar con gratitud.
El vestuario no es tonto. Bale en condiciones es un futbolista descomunal. Bale implicado puede aportar mucho, sobretodo en Champions. Bale protegido suma. Así que la bandera que avecinaba tempestades se ha convertido en el mejor arma con el que cuenta Zidane para recuperar a Bale y contra el PSG tiene una segunda oportunidad para ganarse hasta el favor del público.
El club necesita a un Bale revalorizado. O le sirve al Madrid o sirve para afrontar un fichaje de garantías en verano. Zizou sí es un hombre de club.
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