La cabaña del Turmo


La cabaña del Turmo es un refugio ubicado en plena naturaleza. Se esconde entre los encantos del valle de Benasque. Aquellos que se lo encuentren en plena excursión, empezarán a canturrear, de memoria y con la nostalgia, una obra maestra de los ‘Celtas Cortos’. “¿Recuerdas aquella noche en la cabaña del Turmo? Las risas que nos hacíamos antes todos juntos…”. El primer Real Sociedad-Eibar de Primera División en Anoeta fue un 25 de enero de 2015, no un 20 de abril del 90, pero “ya no queda casi nadie de los de antes”.



El tiempo pasa y la melancolía agita el alma. Sólo queda Aritz
Elustondo, el único superviviente de la primera edición. El beasaindarra era un recién ingresado en las filas del primer equipo y lucía el dorsal ‘34’. De aquellas secuelas queda su titularidad y poco más. Hoy saldrá en el ‘once’, como aquella vez. No se intuyen más coincidencias. Ahora es el número ‘6’, se ha llegado a poner el brazalete y es capitán ‘in péctore’ de la Real. Hace cinco años fue lateral derecho y esta tarde saldrá como central.

Zurutuza, enlace entre el pasado reciente y la rebosante actualidad, es el otro txuri urdin presente en las plantillas de ayer y hoy. Ahora, como en enero de 2015, está lesionado y no será de la partida, dejando al consolidado Aritz
Elustondo como el mimbro común de las generaciones.

Moyes contra Garitano

La Real que dio la bienvenida al Eibar en Anoeta es un mero vestigio. Rulli era el portero; Elustondo estuvo acompañado atrás por Mikel
González, Iñigo
Martínez y Yuri
Berchiche; Granero y Pardo fueron los organizadores; Canales, Prieto y Vela, los enganches y Agirretxe el delantero. Chory
Castro, Gorka
Elustondo y Pablo
Hervías salieron en la segunda mitad.

En el Eibar no queda ni rastro de aquellos que protagonizaron las primeras andanzas armeras en la máxima categoría. Nadie en toda la plantilla que hoy comanda Mendilibar estaba en 2015. La alineación azulgrana estuvo compuesta por Irureta; Bóveda, Añibarro, Lillo, Abraham; Errasti, Dani
García; Capa, Saúl, Manu
del
Moral y Arruabarrena.

Rebuscar en los banquillos también significa comprobar que nada es para siempre: David
Moyes entrenaba a la Real y del Eibar se adueñaba Gaizka
Garitano. La Real ganó por la mínima, 1-0, merced a un gol de Xabi
Prieto a la salida de un saque de esquina. Fue un estreno sin brillo, espeso, dependiente del mínimo detalle. Hoy, en la cabaña del Turmo guipuzcoana, no decidirán los de antes.


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