El Madrid se sobrepone al ‘factor Mendizorrotza’

R. O. Pancorbo
Gasteiz
Periodista

El Alavés cae víctima de sus propias armas ante un Real Madrid que, en medio de un diluvio universal, se sobrepone al ‘factor Mendizorrotza’. El conjunto blanco aceptó el cuerpo a cuerpo con los albiazules, se puso el mono de trabajo y, en sus dos goles, supera a su rival en uno de sus puntos fuertes, el juego aéreo.

El conjunto de Zidane se convierte en el primer visitante que, en este curso, marca dos tantos en el fortín babazorro, y se sitúa como líder en solitario a la espera de lo que hagan F.C. Barcelona y Atlético de Madrid. Por su parte, los gasteiztarras ven cómo su ventaja con descenso se reduce a cinco puntos tras el empate del Celta en Vigo frente al Valladolid (0-0).

Los de Asier Garitano han derrocado como siempre sacrificio, pero se vieron superados por un Real Madrid que le dominó con balón -65% de posesión- y peleó por cada pelota dividida cuando no lo tenía. Sólo en el tramo que fue desde el 0-1 -minuto 52- hasta el 1-1 -minuto 66- fue capaz de tomar la iniciativa del juego para buscar el empate.

Posible penalti a Aleix

Se pertrechó bien atrás el cuadro albiazul y los de Zidane buscaron desde el inicio la portería local a base de una combinación rápida, con largos cambios de orientación y triangulaciones para entrar por banda ante un conjunto local que cerraba espacios con las líneas muy juntas para evitar los pases por dentro.

Buscaba el Alavés la menor oportunidad para crear peligro a la contra y la tuvo en el minuto 7, cuando Aleix Vidal, tras dos regates en la frontal del área, cayó después de que Militao le tocara el tobillo. El árbitro interpretó que el contacto no fue suficiente para pitar un penalti reclamado por la grada y le mostró la primera amarilla del duelo.

En el 10, Ximo Navarro despejó contra el poste un buen centro de Isco. En el 18, de nuevo el de Arroyo de la Miel remató alto tras un buen pase de Carvajal. La movilidad de los puntas merengues hacían sufrir a los centrales albiazules. En el 37, Pacheco se lució desviando a córner un violento zapatazo de Casemiro desde fuera del área.

En la reanudación, la muy intensa lluvia hasta el descanso se convirtió en diluvio universal, pero el Real Madrid supo adaptarse perfectamente a un escenario que iba a impedirle tejer su fútbol de precisión suiza. Inclemente, supo esperar su momento para hacer daño. En el 52, una falta muy bien botada por Toni Kroos fue aprovechada por Sergio Ramos para, adelantándose a toda la defensa, adelantar en el marcador a su equipo (0-1). Caía el Alavés en uno de sus puntos fuertes, el juego aéreo en las jugadas de estrategias.

Arreón albiazul

No se rindió el conjunto gasteiztarra y, con el 0-1, se lanzó con fe a por el empate. Pasó a dominar el duelo, pero se encontró con un Real Madrid ayer también preparado para sufrir hasta que, en el 66, Sergio Ramos cometió un penalti sobre Joselu que Lucas Pérez aprovechó para establecer el 1-1 y marcar su octavo gol en este curso.

Sin embargo, el conjunto de Zidane, en un momento de forma excelso, no solo no se descompuso, sino que retomó el dominio en busca de los tres puntos. Sin tiempo casi para festejar el empate, encajó el Alavés el 1-2 a través de otro de sus puntos fuertes, las jugadas por banda.

Modric ganó muy bien la línea de fondo y puso un balón en el área pequeña que Isco, adelantándose a Martín, cabeceó a bocajarro. Lo despejó Pacheco en una parada milagrosa, pero el cuero, tras pegar en la madera, quedó a los pies de Carvajal, que marcó a placer en una segunda acción en la que la zaga albiazul estuvo demasiado lenta. Falló el equipo en dos de sus virtudes: por segunda vez en el juego por alto y en la habitual seguridad defensiva.

Lo intentó de nuevo el cuadro albiazul pero el Real Madrid, que ayer se sobrepuso con autoridad al Alavés y al factor Mendizorrotza, aguantó sólido para anotarse una muy trabajada victoria.