Hace un año en esta misma fecha Bilbao estaba intentando asimilar el sopapo sufrido ante el Levante, aquella estocada del destino que hacía que el temor al descenso cundiera en la afición. Los rojiblancos estaban en la tercera posición ¡por la cola! y el proyecto de Eduardo Berizzo hacía aguas por todas partes. El encuentro ante los granotas se jugó el lunes 3 de diciembre; el martes se dio el relevo en el banquillo y ese mismo día Gaizka Garitano tomaba mando en plaza para intentar reflotar la nave, procedente del Bilbao Athletic. Y bien que lo consiguió. Un año después, el panorama ha cambiado de una manera radical.
El club rojiblanco emitió una comunicado aquel martes 4 de diciembre por la mañana en el que explicaba que había “decidido resolver el contrato que unía al entrenador con la entidad” y que a partir de ese mismo día el entrenador de Derio pasaba a ser “el responsable de dirigir el primer equipo”.
La nota finalizaba con un escueto “Mila esker Eduardo, zorte on! -‘Mil gracias Eduardo, buena suerte’. El preparador argentino sumaba así su segunda destitución después de que ‘cayera’ en el Sevilla a pesar de que cuando lo defenestraron el equipo hispalense estaba quinto.
Paupérrimo balance
Los apenas 11 puntos en 14 jornadas, su situación en la tabla, su debilidad defensiva subrayada ante el Levante, fueron motivos para que la comisión gestora del club, encabezada por el presidente saliente Josu Urrutia, se decantara por una decisión extrema. Era demasiado un solo triunfo cuando se había llegado a diciembre, era excesivo pensar que los leones remontarían el vuelo con el míster de Cruz Alta a la vista de las debilidades detectadas.
Berizzo igualaba el peor arranque de la historia (2005-06 y 2006-07) . Y a 3 puntos de la salvación por primera vez desde 2005. Por cierto, había manifestado tras la debacle frente al Levante que se sentía con fuerzas para enderezar el rumbo, si bien se mostraba determinado a apartarse del camino si con eso se sacaba de la UVI a los leones.
Urrutia da el paso
Los cinco meses de estancia de Berizzo supusieron una decepción inesperada después de la ilusión generada. Se esperaba una campaña regeneradora tras la etapa de Ziganda, se confiaba en disfrutar de un buen juego, pero pronto se vio que la propuesta estaba carcomida por las debilidades. Urrutia y Jokin Garatea, que presenciaron la debacle en el Ciutat de València, concluyeron que la era Berizzo debía terminar –Jon Múñoz también estaba en la gestora-.
Los apenas 11 puntos en 14 jornadas, su situación en la tabla, su debilidad defensiva subrayada ante el Levante, fueron motivos para que la comisión gestora, encabezada por urrutia, se decantara por una decisión extrema
Sin apenas tiempo para aterrizar, Garitano se hizo cargo del Athletic el mismo día que se anunciaba la destitución del míster. Su primera experiencia fue en el partido de Copa jugado en Huesca. Los leones ganaron 0-4 y al término del partido tanto Córdoba como Williams declararon que el equipo buscaba más orden, una de las carencias más acusadas en la etapa recién terminada.
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