La Real busca esta tarde (16 horas) en Valladolid un triunfo que suponga un golpe de autoridad y la conservación de un cuarto puesto que es oro puro. Llega sembrada la escuadra txuri urdin tras golear al Eibar (4-1) y con toda su artillería en perfecto estado de revista para medirse a un oponente que suma tres partidos sin anotar un gol. Tocará remangarse para igualar la intensidad de un rival bien montado al que no le perturba vivir atrincherado para salir a la contra, pero también destapar el tarro de las esencias para marcar las indudables diferencias que hoy día existen entre el cuarto y el 15º clasificado. El Vallladolid es un enemigo rocoso, que ha encajado los mismos goles que la Real (18) en la Liga y que sólo ha perdido un encuentro de seis en casa, pero para los txuri urdin es un partido de ganar. Y mucho más con el apoyo de los 1.000 ‘realzales’ que hoy poblarán las gradas del José Zorrilla.
Está bien la Real, a pesar de caer en su última cita fuera (3-1 en el Bernabéu) y de haber facturado un único triunfo en los últimos tres duelos. La vuelta de Odegaard le ha devuelto ese punto de desequilibrio y caos ordenado que le permiten imponer su fútbol sobre el rival. En la Real juega uno de los mejores jugadores de lo que va de Liga, que es el noruego, y en el Valladolid lo hace Sandro
Ramírez, el delantero que se pasó toda la temporada pasada sin marcar un solo gol como txuri urdin y que en la presente va sólo uno. Es la metáfora de cómo han cambiado, para bien, los realistas esta temporada.
A pesar de todo, no conviene despreciar a un rival al que nunca sacan de los partidos y un campo donde incluso las mejores versiones históricas de la Real han caído. El subcampeón de hace 17 años fue derrotado allí 3-0 cuando nadie lo esperaba. Y sólo figuran seis victorias de la Real en los 40 duelos en Pucela, que contemplan 14 igualadas y 20 victorias blanquivioletas. Este mismo equipo ganó el año pasado en Anoeta (1-2, principio del fin para Garitano) y empató en Pucela, con final polémico (1-1).
Imanol va con todo su arsenal ofensivo, pero debe cambiar media defensa con respecto al último partido. La sanción de Zaldua y la lesión de Aritz
Elustondo, más la absoluta desconfianza en Sagnan, llevaron al técnico a convocar a sólo cinco defensas y le harán alinear a Gorosabel por el flanco derecho por tercera vez este curso y a Le
Normand, una garantía absoluta, en el eje. La Real buscará su novena victoria en 16 partidos sin sus cuatro jugadores con más experiencia en el equipo: los lesionados Illarra, Zurutuza y Aritz y el sancionado Zaldua.
Imanol dejó fuera a Sagnan y a Pardo por decisión técnica de una lista en la que sí incluyó a Aihen y al controvertido Januzaj, que habían acusado ciertas molestias durante la semana.
Peligro arbitral
Otro factor a tener en cuenta es el árbitro. En los dos últimos partidos de fuera de casa, a los txuri urdin les han sustraído dos penaltis por mano, en Granada y en el Bernabéu. Pita González
Fuertes, el que echó a Llorente ante el Getafe, con el que la Real no ha conseguido ganar en cinco partidos. Y en el VAR está Melero
López, el del lamentable arbitraje ante el Levante, con quien la Real ha salido victoriosa en tres ocasiones de 13.
El Valladolid también tiene una baja importante, que es la del centrocampista Joaquín por sanción. Su corpulencia le hace vital para el juego del cuadro pucelano. Pintan a titulares Pablo
Hervías, canterano de la Real, y Sandro
Ramírez, cedido sin éxito el año pasado en la escuadra txuri urdin.
Los donostiarras son el tercer mejor equipo fuera de casa, tras el Sevilla y el Madrid y empatado con el Barcelona, pero si gana hoy puede volver a liderar ese ranking. El triunfo cobra una trascendencia considerando que el próximo sábado los txuri urdin reciben al Barcelona en casa. Pero primero deben tomar Pucela.
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