Muere Paul Volcker, el expresidente de la Fed que venció a la inflación



El mundo de la política económica y monetaria pierde a una de sus más destacadas figuras. Paul Volcker, que lideró la Reserva Federal de los Estados Unidos entre 1979 y 1987, falleció este pasado domingo a los 92 años de edad. Gracias a su paciencia y persistencia consiguió que la mayor potencia del planeta lograra lidiar con un serio problema de inflación, aunque fue a costa de un agresivo incremento de los tipos de interés que terminó por lastrar su economía.
Paul Volcker estuvo durante dos mandatos al frente de la autoridad monetaria estadounidense, con Jimmy Carter y Ronald Reagan de presidentes. Fue en el periodo conocido como el de la “Gran Inflación”. El alza de precios se había disparado hasta rozar el 15% en marzo de 1980. Para combatirla y ponerla a raya, llevó los tipos al 22%. Su figura volvió a emerger dos décadas después, cuando el expresidente Barack Obama reclamó sus servicios la pasada crisis financiera para presidir el Consejo Asesor para la Recuperación Económica.
Volcker era una especie de héroe para Wall Street por la manera con la que combatió la inflación. Todo el mundo lo respetaba pese a que como presidente de la Fed tuvo que adoptar decisiones muy poco populares para mantener la economía sobre los rieles, que le convirtieron en el más impopular. Antes de dirigir la política monetaria del banco central más poderoso del mundo, trabajó para el Departamento del Tesoro como subsecretario para asuntos monetarios internacionales y presidió durante cuatro años la Fed de Nueva York.
Paul Volcker nació en Cape May, Nueva Jersey. Era conocido como “Tall Paul”, por sus dos metros de altura. Se graduó con summa cum laude por la Universidad de Princeton, recibió un máster en economía en Harvard y completó su formación académica en la London School of Economics. Su carrera como banquero central comenzó en 1952 de economista para la Fed de Nueva York, donde estuvo cinco años antes de trabajar en el sector privado para Chase Manhattan Bank.
Incluso antes de ser propuesto por Carter para liderar la Fed, cargo que asumió en agosto de 1979, advirtió que el alza de precios era un riesgo para la estabilidad económica. “Nos dará más problemas y creará la mayor recesión”, advirtió en una reunión de la autoridad monetaria. Su misión fue romper con lo que calificó como un patrón de conducta y de pensamiento que provocó que el incremento persistente de los precios se viera involuntariamente como algo normal.
“Nos hemos acostumbrado a vivir con inflación”, dijo en un discurso en septiembre de 1981, en el que señaló que la mitad de la población en edad de trabajar en EE UU no sabía lo que era tener precios estables. El banquero central logró su objetivo dos años después de llevar los tipos de interés al máximo y la inflación bajó al 3%. El alto precio del dinero, sin embargo, asfixió la actividad de la industria manufacturera, la agricultura y el mercado inmobiliario.
Recesión profunda
El alza de tipos detonó así una recesión que duró dos años, entre 1981 y 1982. Antes de la última crisis financiera, se consideró la segunda peor contracción desde la Gran Depresión. La tasa de paro llegó al 10,8% en 1982. Volcker fue duramente atacado y se enfrentó a una fuerte oposición política que puso en vilo su reelección para un segundo mandato. Pero el tiempo demostró que sin su determinación, la economía habría continuado su espiral descendente
La agresividad con la que combatió la inflación creó la base para que la economía de EE UU encadenara después dos décadas continuadas de expansión. Y su preocupación por la inflación empapó durante décadas la estrategia de la Fed y otros bancos centrales mundiales. La estabilidad de precios es uno de los dos pilares de su mandato. Estuvo al frente de la Fed hasta que el republicano George H. W. Bush nombró como sucesor a Alan Greenspan.
Tras su paso por la Fed, fue designado presidente de la firma financiera Wolfensohn. También dirigió la comisión que investigó el fraude en el programa humanitario Petróleo por Alimentos de la ONU para Irak, un escándalo que manchó al entonces secretario general del organismo Kofi Annan. Volcker criticó la pasividad de Annan al actuar ante un posible conflicto de intereses de su hijo Kojo.
Además de su empeño por combatir la inflación, fue un firme defensor de la independencia del banco central. Volcker sirvió para gobiernos de administraciones tanto demócratas como republicanas. “Creía que no había mayor vocación que el servicio público”, señala el actual presidente de la Fed, Jerome Powell. En una nota de condolencias destaca la “integridad, el coraje y el compromiso” que tuvo por hacer “lo mejor para todos los estadounidenses”.
Obama recurrió a su experiencia para definir su programa económico durante la campaña que en 2008 le llevó a la presidencia de EE UU. Volcker fue muy crítico con los grandes bancos y ya con el demócrata en la Casa Blanca propuso para prevenir otra crisis como la vivida tras el colapso de Lehman Brothers reinstaurar la conocida como Ley Glass-Steagall, por la que en 1933 se partieron los bancos.
El antiguo banquero central pidió así que se limitara el tamaño de los grandes bancos de EE UU y su propuesta dio lugar a la regla Volcker, que fue integrada como parte del paquete legislativo que llevó a la reforma de Wall Street. La norma evita que las entidades usen los fondos de sus clientes para invertir en derivados y otros activos de riesgo.


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