Una veintena de gobiernos boicoteó este miércoles el discurso del ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, y abandonaron la sala apenas éste ingreso en ella.
La acción fue coordinada previamente por los países del llamado Grupo de Lima, que han reconocido al presidente del Parlamento venezolano, Juan Guaidó, como presidente interino de Venezuela hasta que se celebren nuevas elecciones.
La Unión Europea se sumó a la protesta rebajando el nivel de su representación diplomática durante la intervención de Arreaza.
Las misiones diplomáticas de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú ante la ONU en Ginebra emitieron poco después un comunicado conjunto en el que explican que sus respectivos gobiernos no reconocen la legitimidad del actual mandato de Nicolás Maduro como presidente ni de sus representantes.
Países de otras regiones imitaron el gesto de los americanos y se pudo observar la salida de la sala de más de veinte delegaciones, que regresaron a la sala en la que se reúne el Consejo de Derechos Humanos (CDH) una vez que Arreaza acabó intervención y abandonó el recinto.
Ante el boicot, el canciller venezolano no se inmutó y pronunció su discurso, durante el que dijo que en la frontera con Colombia se observan “operaciones con bandera falsa detrás de las cuales está Estados Unidos”.
Criticó a Colombia “por prestar su territorio” para esas operaciones disfrazadas de ayuda humanitaria y con las que se pretende “preparar el camino para una intervención en Venezuela”.
Arreaza aseguró que el Gobierno de Maduro “está dispuesto a trabajar con la ONU para recibir asistencia humanitaria”, pero recalcó que por la fuerza no se conseguirá nada.
En declaraciones posteriores a la prensa, el ministro sostuvo que la politización e instrumentalización de la ayuda humanitaria es la razón por la cual la ONU y la Cruz Roja Internacional se han mantenido al margen de la operación con la que se intenta llevar a Venezuela alimentos y medicamentos por la frontera con Colombia.
Afirmó que el Gobierno de Maduro está trabajando con esas dos organizaciones y con la Unión Europea “para tener asistencia” que sea neutral y con bases legales.
“Lo más importante es que se permita al gobierno comprar, importar y pagar por lo que el pueblo necesita, pero esto es casi imposible a través del sistema bancario tradicional”, comentó.
En su alocución ante el CDH, Arreaza volvió a invitar a la alta comisionada para los derechos humanos, Michelle Bachelet, a que visite Venezuela “y vea por si misma los efectos del bloqueo y de las sanciones” de Estados Unidos.
“Estamos próximos a recibir una misión de avanzada” de la oficina de Bachelet, adelantó.
Preguntado por el boicot de los gobiernos latinoamericanos, el canciller dijo que no se había dado cuenta, pero que en todo caso no tenía la menor importancia “porque el mundo escucha a Venezuela”.