Está acostumbrado a vivir bajo los focos desde que era un adolescente y el Real Madrid vino a ficharle cuando era el niño prodigio de Noruega. Martin
Odegaard ha vivido bajo presión, acostumbrado a que todos los ojos le miren, a que todos esperen algo extraordinario de él. Ha sabido gestionar esta compleja situación y eso le ha otorgado un punto de madurez impropio con sólo 20 años.
En estos primeros meses de competición se ha destapado como la estrella que prometía ser y cada buena actuación que realiza con la camiseta de la Real pasa por la caja de resonancia que aumenta el ruido mediático que genera todo lo que sucede en torno a cada jugador del Real Madrid.
No obstante, hay días en los que lo que haga sobre el terreno de juego, sea lo que sea, adquiere una dimensión muy por encima de la que conlleva un partido de la Real. En el Santiago Bernabéu, hace escasas semanas, ya estuvo en boca de todos. Hoy, ante el Barcelona, volverá a ser uno de los protagonistas.
La actuación que tenga hoy frente a los culés se magnificará y a nadie se le escapa que una tarde estelar frente al eterno rival del conjunto blanco puede activar el aparato mediático merengue en busca de un regreso prematuro a Chamartín.
Su cesión será prorrogada por una temporada más al finalizar la presente, pero en los medios de Madrid ya se ha mencionado en más de una ocasión la posibilidad de que el club presidido por Florentino
Pérez rompiera ese acuerdo y contara con el noruego este verano, pero los propios directivos de la Real pudieron saber de primera mano que los planes del Real Madrid no pasan, por ahora, por repescarlo en 2020.
Un partido puede cambiarlo todo
No obstante, la experiencia ha demostrado que un partido puede cambiar muchas cosas y también las ideas de Florentino Pérez. Quién sabe si una actuación brillante de Odegaard frente al eterno rival puede precipitar los acontecimientos como sucediera en su día cuando Mourinho eliminó al Barcelona con el Inter de Milán en la Copa de Europa.
Llorente y Willian, pasado blanco
Martin
Odegaard aún pertenece al Real Madrid, pero en las filas de la Real hay otros dos futbolistas que tienen un pasado blanco, aunque su presente y su futuro sea, por ahora, txuri urdin. Diego
Llorente se formó en el Real Madrid e incluso debutó con el primer equipo antes de sus cesiones al Rayo y al Málaga.
Tras su buena campaña en la Costa del Sol, la Real le fichó cuando aún pertenecía al club presidido por Florentino
Pérez, para el que la cláusula de Llorente aún es más baja que para el resto (25 millones de euros).
Willian
José también militó en la cantera del Real Madrid y debutó con el equipo blanco en Balaídos en 2014. Tras dejar la disciplina merengue y pasar por Las Palmas, fichó por la Real aunque su pase pertenecía a Maldonado. La entidad de Anoeta se hizo con el 70% de sus derechos. El resto sigue perteneciendo al fondo de inversión.
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