1. Con errores en defensa cuesta más sumar
La Real no es un seguro de vida cuando el oponente merodea las inmediaciones de su área. El equipo de Imanol comete deslices, sobre todo por errar en la toma de decisiones. No es que encaje una barbaridad de goles, como queda acreditado en el apartado favorable, pero son reveses que cuestan puntos porque han acarreado en más de una ocasión tener que remontar. Y en muchas ocasiones no fue posible. Este sábado fue el último ejemplo, ya que el Barça se benefició del mal cálculo de Llorente para despejar primero y tirar el fuera de juego después.
2. Hace falta más tino a las puertas del gol
Residir entre los cuarto primeros goleadores del campeonato significa que la Real tiene un ataque productivo de cara a puerta, pero, a su vez, necesita arrimarse mucho a la portería rival para marcar. Con más finura a las puertas del gol, los txuri urdin se hubieran podido permitir partidos tan abiertos como los que proponen. No todos se están resolviendo con victorias. Sólo contra el Eibar se despachó a gusto el cuadro de Imanol. Al Leganés sólo hubo manera de marcarle en un córner. Ante Valladolid y Barça muchas ocasiones fueron al limbo.
3. Humedades en el fondo de armario
Hace un par de jornadas, en Valladolid, Imanol Alguacil declinó agotar el cupo de los tres cambios. No fue la primera vez que el entrenador no encuentra en el banquillo aquello que necesita o, directamente, prefiere morir con las botas de los titulares puestas. Si a esta tendencia se le suma que la Real depende mucho de su guardia pretoriana, las humedades del fondo de armario es imposible disimularlas. Isak es el único suplente nato que juega siempre. Guevara es más asiduo de un tiempo a esta parte, pero el papel del resto de la segunda unidad es irrelevante.
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