James Rodríguez ya está en la recta final de la recuperación de la lesión que le ha tenido en el dique seco desde el pasado mes de octubre. Tras varias recaídas y dolencias, el pasado 19 de noviembre el Real Madrid emitió un parte médico en el que detallaba que al colombiano se le había diagnosticado un esguince del ligamento interno de la rodilla izquierda.
El futbolista cafetero ya lleva dos sesiones de entrenamiento seguidas trabajando al mismo ritmo que sus compañeros y, aunque parece difícil que pueda estar disponible para el último partido del año contra el Athletic, todo apunta a que estará a las órdenes de Zidane de cara a la semifinales de Supercopa de España que se disputa en Arabia Saudí, donde el equipo blanco debutará ante el Valencia el 8 de enero.
La última comparecencia de James con el Madrid data de hace casi dos meses, cuando entró en los minutos finales del Galatasaray-Real Madrid (0-1) el pasado 22 de octubre. Tras un inicio de temporada esperanzador a pesar de tener pie y medio fuera del club en verano, los problemas físicos le han ido lastrando y apenas ha podido tener continuidad. Este curso ha disputado 9 partidos (5 como titular) y acumula 422 minutos, en los que ha marcado un gol y ha repartido una asistencia.
Una cuenta pendiente de Zidane
La ausencia del colombiano ha coincidido de pleno con el mejor momento del Real Madrid esta temporada y uno de los retos de Zinedine Zidane es meterlo en la dinámica del equipo para que el rendimiento colectivo siga creciendo.
Una de las grandes virtudes del entrenador francés es que ha sabido tener a la plantilla enchufada a medida que la campaña ha ido avanzando y deberá hacer lo mismo con un James que ha perdido fuelle por culpa de las lesiones y su discontinuidad. Tras regresar de su cesión de dos años en el Bayern, James no se está reivindicando como esperaba.
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