El equipo acudía de la enorme decepción de Pucela, donde un punto -eso se supo a la larga- habría dado la clasificación para la E
uropa League. El encuentro debió remover las vísceras de los leones, que hicieron acto de contrición y se conjuraron para olvidar la afrenta. En la siguiente jornada quisieron sacarse la espina y lo hicieron ante el primer equipo al que derrotaron a domicilio desde que Gaizka Garitano se hiciera con las riendas del equipo.
El Celta fue el pagano de las iras de los rojiblancos, que canalizaron con prontitud sus apetencias realizadoras. A los 16 minutos Araujo -baja para el partido de este fin de semana por una lesión de rodilla- hizo penalti a Muniain. Raúl García se encargaría ade materializarlo por el centro.
Uno minuto después, más tralla para la defensa celeste. En esta ocasión después de un jugadón que culminó también Raúl García. Capa, Williams y Muniain trenzaron una monumento para que Iker diera el pase de la muerte a Raúl.
La jugada tonta
Cuando faltaban cinco minutos para la conclusión de la primera parte llegaría la jugada tonta del día. Olaza cedió el balón al portero, Rubén despejó de mala manera para que el balón diera en el cuerpo de Williams, que recogió el guante y se fue a la portería vacía para marcar el tercero de la tarde. De ese modo, el Athletic lograba la mejor tacada de goles antes del descanso en la era Garitano, ya sea sumando Liga o Copa.
Muy al final, en el minuto 89, Aduriz cometió penalti por una mano dudosa y Aspas se encargaría de anotar la pena máxima. El encuentro acabó en un 3-1 que pudo ser mayor y después de un muy buen primer tiempo del Athletic.
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