Está por ver si jugará este domingo. Por las palabras vertidas por Gaizka Garitano acerca de la empleabilidad de tres centrales ante equipos inferiores da la sensación de que estará en el banquillo, aunque nunca se sabe. En cualquier caso es probable que a Unai Núñez le venga a la memoria un momento importante en su carrera.
El Celta, rival de este domingo, fue su primera y única víctima hasta le fecha. El central vizcaíno sacó réditos de un córner para abrir el marcador. El centro desde la derecha de Susaeta fue rematado por Raúl García, cuyo cabezazo fue repelido por la madera para que Unai Núñez empujara el balón casi en la misma línea de gol.
El tanto era de suma importancia, ya que en la rueda de prensa previa al encuentro Ziganda había hablado de la imperiosa necesidad de ganar para seguir en la pelea por Europa cuando faltaban nueve jornadas para la conclusión de la Liga.
Sin embargo, el camino estaba trufado de obstáculos. Una mano clara en el área celeste y un posible penalti cometido a Williams se dejaron sin señalizar. Y para colmo a última hora se produjo la desgracia que nadie quería ver: Brais Méndez marcó en el minuto 91 dentro del área.
Y la cosa pudo ser peor, porque un minuto después Hugo Mallo obligó a Kepa a hacer un paradón en un vuelo sin motor. En conclusión, Unai Núñez apena pudo sacar partido a lo que podía haber sido un gran día. Encima, Europa se complicó aún más.
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