No es buena idea herir el orgullo rojiblanco


Quedan 24 horas para la batalla de
Anfield
y me acuerdo de de las declaraciones del presidente del Bayern Karl Heinz Rummenigge tras vencer a la Juventus en octavos de final de 2016 : “si uno repasa partidos como el del Atlético de Madrid y el PSV, o el de Wolfsburgo contra Gante, se ve la diferencia de calidad frente a la Juventus, que ahora está eliminado. Es algo que hay que discutir en la UEFA. Hay escalafones que pueden servir de orientación”.



Jamás olvidaré esas palabras porque hirieron mi orgullo rojiblanco y la dignidad de todos los colchoneros. Por esta razón en el sorteo de la semifinal quería al Bayern. Estoy seguro que cuando Rummenigge vio que el
Atleti
sería su rival, supo que sus desafortunadas declaraciones serían una enorme motivación para los hombres del Cholo Simeone. Y que si fuera necesario morirían dentro del campo para eliminar al Bayern y darle una lección a su presidente, como así ocurrió.

Tras el partido del Metropolitano Van Dijk nos acusó de perder tiempo y parar constantemente el juego. No me gustó lo que dijo el holandés, pero por otro lado estaba feliz porque sabía que aquellas declaraciones llegaron al vestuario colchonero. No era necesario, pero un extra de motivación para los leones del Cholo nunca viene mal. Ojalá que mañana cuando el árbitro dé el pitido final el holandés esté arrepentido como Rummenigge en su día.


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