El Casademont Zaragoza resucitó en el último cuarto del segundo partido de la eliminatoria de octavos de final de la Champions League para llevarse un sufrido triunfo contra el Lietkabelis lituano y lograr la clasificación para cuartos (88-90).
El equipo “rojillo” vivió un enfrentamiento en el que tardó demasiado en encontrar un equilibrio entre ataque y defensa, y para su fortuna lo hizo mediado el último cuarto, en el que volvió a ser el equipo intenso en defensa y acertado en ataque que está mostrando durante la presente temporada, tanto en la Liga española como en el torneo continental.
El Casademont entró muy frío al partido y sin intensidad defensiva lo que favoreció a su rival, mucho más entregado atrás y que en ataque supo sacar ventajas gracias a la movilidad de su hombres exteriores.
El conjunto aragonés no estuvo tan enérgico como acostumbra en defensa y fue una bicoca para su rival. Ambos rivales comenzaron muy acertados en los triples pero los locales, con 6 de 7, y aprovechando las pérdidas de balón visitantes consiguieron tomar hasta 9 puntos de ventaja en el último minuto del primer cuarto (31-22).
Las cosas no mejoraron en el segundo parcial ya que las pérdidas del conjunto zaragozano, unidas a que la defensa seguía sin mejorar y los lituanos lanzaban en muchas ocasiones con mucha comodidad, hizo que la diferencia fuera subiendo hasta unos preocupantes 12 puntos (46-34) mediado este cuarto.
Sin embargo, unas últimas buenas defensas del conjunto maño consiguieron reducir la diferencia a seis puntos al descanso (54-48), que hicieron concebir esperanzas ya que tras unos primeros veinte minutos en el que el equipo maño estuvo muy lejos, no ya de su mejor nivel, sino de uno aceptable, llegaba vivo al tiempo de refresco a pesar de los increíbles porcentajes de acierto de su oponente, 11 de 13 en triples (84,62 %) y 7 de 11 (63,64 %) en tiros de dos puntos.
Los errores en los libres del equipo de Panevezys y aprovechar los rebotes ofensivos sirvieron al Casademont para compensar el estratosférico acierto del conjunto báltico.
El regreso de vestuarios enfrió los pocos ánimos que mostraron los hombres de Porfirio Fisac ya que en apenas tres minutos el equipo del este europeo había subido la ventaja hasta los diez puntos y todo volvía a pintar mal hasta que la apuesta por los triples con un gran Nico Brussino (que acabó el partido con 21 puntos y 31 de valoración) hizo regresar la esperanza llegando con cuatro de desventaja (73-69) al minuto 30.
Consciente de la ventaja que suponía no acudir a un tercer encuentro en caso de derrota aunque fuera en casa, el Casademont se pareció más que nunca a sí mismo en el último cuarto.
Con una buena defensa y manteniendo en acierto desde el triple (con Dylan Ennis, al igual que Brussino también inspirado), se colocó por vez primera en el marcador en el minuto 35 (77-80) y sacó adelante el partido en un final agónico ya que con 88-90 y balón para los lituanos, Martynas Sajus cometió falta en ataque a falta de 4.7 segundos para la conclusión que certificó la victoria zaragozana.
88 – Lietkabelis (31+23+19+15): Paulius Valinskas (11), Dimsa (18), Lipkevicius (9), Sakic (17), Sajus (10) -cinco inicial- Biruta (4), Maldunas (4), Normantas (10) y Kuksiks (5).
90 – Casademont Zaragoza (25+23+21+21): San Miguel (9), Ennis (19), Brussino (21), Radovic (5), Thompson (13) -cinco inicial- Seeley (-), Benzing (5), Barreiro (2), Alocén (9), Krejci (2) y Hlinason (5).
Árbitros: Mazzoni (Italia), Sahin (Italia) y Bissuel (Francia). No hubo exclusiones por personales.
Incidencias: segundo partido de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el pabellón Cido Arena de Panevezys (Lituania)
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