Alexander
Isak (Solna, Suecia, 1999) no ha tardado en consensuar entre la grada una simpatía que no ha estado al alcance de todos los fichajes que ha cerrado la Real en la era moderna. El delantero irradia incluso ciertas dosis de admiración cuando, a unos metros de la portería contraria, se flexiona como un velocista para arrancar en estampida a la caza del gol. Posee el don de haber caído de pie en Anoeta. Una bienvenida imposible de entender sin los 14 goles que suma entre la Liga y la Copa del Rey.
Los primeros 34 partidos de Isak en la Real arrojan un equitativo balance de siete goles en cada una de las dos competiciones. Es, además, el rey de la Copa, torneo en el que nadie iguala su marca. También conserva el significativo sello de haber jugado en todos y cada uno de los partidos oficiales de esta temporada. Incluidos los de su selección de Suecia. Todo con 20 años que le hacen ser dueño de su futuro.
El impactante aterrizaje de Isak en la Liga le propulsa directamente a meterse entre los mejores estrenos de los delanteros fichados por la Real en la sociedad contemporánea. En concreto, desde que el presidente Iñaki
Alkiza tramitó con éxito la prestigiosa operación de John
Aldridge a finales de los 80. El debut por todo lo alto de Isak en la Real se codea con el del propio ariete irlandés, autor de 16 goles nada más fichar por el equipo txuri urdin. El único que les supera en estos guarismos es otro monumental artillero de la historia reciente: Nihat
Kahveci, capaz de anotar 23 goles en su primera temporada al completo con la elástica realista –Toskack le fichó para el mercado de invierno anterior-.
Las cualidades de Isak ilustran el retrato robot de un delantero centro de última generación. Veloz para una carrera larga, explosivo si no hay tanto terreno, hábil con el balón y oportunista en el remate. Aldridge y Nihat, cada uno en su contexto, eran más definidos: rematador de raza el británico, rápido y potente el turco. Son los tres mejores delanteros fichados en sus primeras temporadas.
Dos goles más que Willian José
A Isak le restan 11 jornadas del campeonato y la final de la Copa para acercarse a los guarismos de Aldridge y Nihat. El sueco, que pasa en Donostia el confinamiento, había alcanzado la plenitud de su estado de forma poco antes de que se paralizara el fútbol. Sus 14 goles rebasan los 12 que firmó su competencia, Willian
José, cuando se estrenó con la Real. El brasileño hizo 10 en su primera Liga como txuri urdin. Tres más de los siete que lleva Isak.
El sobresaliente saldo de Isak (0,41 goles por partido) multiplica su valor de cara a puerta. Un olfato equiparable al de otros cañoneros realistas de alto copete durante los últimos 30 años. Kodro (13), Atkinson (12), Vela (12), Craioveanu (11) o Kovacevic (8 goles) no vieron puerta con tanta frecuencia en sus primeras andanzas en la Real como el escandinavo.
Si la cuenta se circunscribe a la Liga, Isak ha igualado los siete tantos que Juanmi, Tamudo y Jonathas fueron capaces de rubricar cuando debutaron. Delanteros, en todo caso, de una entidad sensiblemente inferior a quienes ocupan los puestos de honor en función del legado que dejaron en la Real.
Source link