La Real es y será siempre de su gente, aquella que nunca le falla y le sigue allí donde esté. Los años infernales en Segunda han pasado a la historia y probablemente en la mejor época en la trayectoria reciente del club, con el equipo situado en puestos de Champions y con la incógnita de la final de Copa de Sevilla, el coronavirus ha parado por completo al fútbol, no así al sentir de sus fieles aficionados. Es en estos momentos tan duros donde los equipos como la Real, de talla mundial por prestigio e historia, deciden dar un paso más y acercarse a su gente para ser si cabe más grandes.
Y es que la familia txuri urdin no para de crecer. Ya son 35.000 socios los que pertenecen a la parroquia realista y el club ha querido dar las gracias a una parte de la afición con una bonita iniciativa.
La Real comenzó el lunes una ronda de llamadas telefónicas para informarse acerca de la salud de los abonados y sus familiares. La iniciativa se hace por hogares y se producirán más conversaciones a lo largo de los próximos días.
Uno de los afortunados que ha sentido el calor de su equipo es Gonzalo
Acha, socio 122 que lleva 61 años de manera ininterrumpida siendo fiel a la Real. Atendió a MD, al igual que al club, encantado: “Gracias por atenderme, es un placer que la gente se interese por ti en estos momentos tan complicados”, arranca Ache. La llamada de la Real le pilló desprevenido: “La verdad es que me sorprendió cuando me dijeron que eran del club, me preguntaron a ver qué tal estaba yo de salud y se preocuparon también por mi familia, fueron muy amables y pasamos un buen rato charlando”, contó contento. Agradece “eternamente” la llamada: “En estos tiempos tendrán cosas más importantes que hacer como estar pendiente de los ERTEs y demás, que me llamaran fue un notición, la Real es como una gran familia y se ve en cosas tan bonitas como esta”.
El club realizará más consultas por hogares durante los próximos días
Gonzalo no descansa y no deja de lado su vena txuri urdin durante el confinamiento: “También me preguntaron si vi por la televisión la final repetida de la Copa… ¡Cómo me la iba a perder, me acuerdo como si fuese ayer!”, celebró. Cuenta con alegría sus comienzos como seguidor realista: “Tengo 75 años y desde pequeño mis aitas me hicieron txuri urdin y hasta ahora, la Real lo es todo para mí”, dice convencido. Sigue a su equipo allá por donde va: “A pesar de que ahora hemos crecido, estamos en Europa y hemos llegado a la final de Copa, nunca me ha bajado del barco y en Segunda también estaba animando”. Gonzalo siempre al pie del cañón.
Recuerda con cariño sus viajes por el viejo continente: “He visitado muchos países gracias a la Real y guardo muy buenos recuerdos de Escocia y Alemania”, echa la vista atrás con nostalgia.
En estos tiempos de cuarentena en el que hemos perdido el ritmo de nuestra rutina, Gonzalo tiene claro lo que más echa de menos: “Me hace falta la Real e ir cada dos semanas a Anoeta, pero ahora tenemos que centrarnos todos en la salud para que este mal rato pase rápido”, aconseja. Vive el confinamiento con su hija: “Ha venido de Barcelona a hacer teletrabajo en mi casa, soy mucho de andar y ahora hago ejercicios en casa para no perder la forma”, ríe amistosamente.
En el horizonte vislumbra a Oyarzabal levantando la Copa en Sevilla: “Espero que se pueda jugar la final porque tengo claro que si se juega la Copa se viene para Donostia, sería algo muy bonito para toda la familia de la Real y creo que nos lo merecemos”. Durante los próximos días, si ven un número desconocido en sus dispositivos cojan la llamada por si hay sorpresa.
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