El hambre emocional es como se conoce a un tipo de ansiedad que te hace comer no porque tengas hambre, sino porque sufres de estrés y ansiedad. Te damos las claves para combatirla.
Cronómetro: 5 minutos
Este es uno de los trucos más sencillos y efectivos que existen. Cuando sientas el deseo de comer de forma impulsiva, pon en marcha el cronómetro durante 5 minutos. Aprovecha ese tiempo para distraer tu mente con alguna actividad relajante, como pintar mandalas, escuchar música o llamar a tu mejor amiga. Una vez transcurridos los 5 minutos, pregúntate si todavía tienes ganas de comer.
Alimentos saciantes
Tal y como indican los expertos, hay que hacer cinco comidas diarias. Para el almuerzo y la merienda apuesta por alimentos saciantes, como la avena o la manzana. ¿Por qué un bollo no es una buena idea? En primer lugar porque su valor nutricional es nulo. Sólo aporta calorías vacías, pero ningún nutriente. Y, en segundo lugar porque a los pocos minutos volverás a tener hambre, entrando así en un círculo vicioso.
Comer tranquila
Los nutricionistas recomiendan que la hora de comer esté pensada para mantenerte tranquila y relajada. Nada de televisión ni de teléfono móvil. Utiliza todos los sentidos, no solo el del gusto. Si por ejemplo vas a comer una pieza de fruta, focaliza tu atención en las sensaciones que te produce cuando la tocas, cuando la hueles y cuando la saboreas lentamente. Por supuesto, debes masticar muy bien los alimentos, sin engullirlos.
Haz deporte
Sí, ahora no se puede salir a la calle. Pero hay miles de opciones para hacer deporte en casa. De esta manera, conseguirás reducir la ansiedad y ver el mundo de un modo más positivo.
Evita el azúcar
Y, por último, debes saber que el hambre emocional guarda una relación muy estrecha con el consumo de azúcar y dulces procesados. Elige alimentos más saludables, como la fruta o los yogures.