24 horas faltan para que el balón eche a rodar en La Cartuja. Los balcones de Bilbao lucen sus mejores galas zurigorris. Hoy se producirá el primer gran desembarco de aficiones en Sevilla. Sube la temperatura. Los jugadores pisarán el césped y será el turno de las ruedas de prensa. Un gusanillo ya recorre el estómago de todos los vizcaínos.
Se viene un derbi histórico entre Athletic y Real Sociedad. Al ganador le espera la gloria eterna de una moneda con dos caras. Al otro lado, las mismas dosis de carga vacilona, sin hurgar demasiado en la herida porque dolerá. Pero los perdedores la tendrán que aguantar durante mucho tiempo… incluso las futuras generaciones.
La sensación es que los rojiblancos tienen más vidas que un gato en esta Copa. La tanda de penaltis de Elche, el encuentro completo de Tenerife, el gol en el descuento contra el Barcelona, la agonía de Granada con final feliz gracias a Yuri… Algunos dirán que es suerte pura y dura. Quizás un poco, pero yo prefiero quedarme con que es un equipo que nunca deja de creer. Un valor añadido cuando juegas una final.
Garitano ha tenido tiempo para diseñar un plan que permita a Muniain alzar la Copa al cielo. Ojalá que lo haga junto a Aduriz. La intensidad y la presión serán las principales armas bilbaínas, que intentarán forzar el error txuri urdin. Pero cuidado porque la Real no tuvo reparos en Anduva en saltarse líneas y ser un poco más directa que de costumbre. La batalla en el tablero está servida.
No me he vuelto loco. Solo es fútbol ficción de lo que tendría que haber sido el día de mañana de no ser por el maldito coronavirus. Una jornada de fiesta para el fútbol euskaldun con una Copa en liza. ¿Quién nos iba a decir hace un par de meses que estaríamos viviendo una de esas películas de virus que ponen en jaque a la humanidad? La realidad supera la ficción.
Que no nos quiten la ilusión. Claro que el fútbol no es tan importante, sin embargo ayuda a despejar la mente como elemento de ocio. Que vuelva pronto y nos podamos juntar miles de personas en La Cartuja, aunque a día de hoy eso suena a ciencia ficción. Ojalá que sea superada por la realidad una vez más.
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