Menos de 24 horas después de que el presidente revelara su plan para reabrir partes de la economía del país, ya hay ciudades tomando decisiones.
En California, en el condado de Santa Cruz, las playas públicas volvieron a abrir.
La ciudad de Jacksonville, en Florida, le siguió los pasos y anunció la apertura de sus playas y otras áreas de recreación este viernes. Se trata de una decisión con la que no todos los legisladores de ese estado están de acuerdo.
“¿Por qué abrir demasiado temprano las playas y sitios recreacionales donde nosotros sabemos muy bien que las personas se van a comenzar a reunir en grupos grandes? Esas no son las guías que nos ha dado el CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades)”, dijo la congresista demócrata por Florida, Debbie Murcasel-Powell.
Y como lo han hecho los gobernadores en las costas este y oeste, mandatarios en siete estados del medio-oeste del país han comenzado a coordinar una reapertura paulatina de partes de sus economías.
Eso, mientras 66% de los estadounidenses dice estar preocupado de que sus gobernadores traten de volver a la normalidad demasiado pronto, según una encuesta de la organización Pew Research.
Este viernes, el director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Dr. Robert Redfield, recalcó que se trata de una apertura lenta y mesurada, y que cada estado debe evaluar sus condiciones.
Mientras que en algunas zonas las autoridades comienzan a disminuir las restricciones, en otras, la historia es diferente. Más de 12 estados han extendido sus ordenes de reclusión. Algunos hasta por lo menos la mitad de mayo.
Algunos expertos advierten que el número de exámenes de COVID-19 tiene que incrementar el doble o el triple antes de que pueda haber una reapertura de las actividades económicas el país.