Augusto Fernández fue jugador del Atlético de Madrid durante dos años. Llegó al club rojiblanco en enero de 2016, procedente del Celta de Vigo. Un fichaje de invierno demandado por Diego Simeone al que las lesiones persiguieron en su estancia en el conjunto colchonero, del que se marchó en enero de 2018 rumbo al fútbol chino.
Ahora, con 34 años, espera en su domicilio de Madrid a que pase la tormenta provocada por el coronavirus. Una vez acabado su contrato con el BJ Renhe, quiere seguir jugando al fútbol. Cuenta con ofertas de Argentina, y desea tomar la decisión acertada. En una entrevista con Olé, desvela cómo está viviendo el confinamiento con su familia y recuerda, entre otros asuntos, su paso por el Atlético, como decimos, marcado por los problemas físicos.
“Hace más de un mes que estamos encerrados. ¿Cómo la llevamos? Utilizando mucho la imaginación. Y haciendo de docente, también, ya que tenemos tres hijos, dos nenas y un nene, que están haciendo la escuela virtual cumpliendo el horario habitual. Y como son tan chiquitos demandan la atención porque tenés que explicarles y recordar lo que aprendimos cuando íbamos al colegio”, explica Augusto, que relata cómo fue avisado de lo que se veía encima desde China: “En estos días he hablado con Diego, el traductor que me ayudaba en China, donde estuve solo. Yo desde acá la subestimaba inicialmente la situación. Hoy me siento un boludo por haberlo hecho, por eso trato de hacer lo mismo con mi familia y amigos, un poco para concientizar”.
Preguntado por si Simeone es tan exigente como parece, Augusto, que ya estuvo a las órdenes del argentino en River, es tajante: “Sí, sí. El Cholo sí. Pero no sólo él, el profe también… Todos. Como siempre digo, en el Atlético se compite hasta para ir al baño. Te acostumbrás a eso. Te lo imprimen eso. En un loquito, por ejemplo, no podés perder la pelota. Si vos la llegás a perder, empiezan a gritarte: “¡Dale, dale”!”, señala. Y añade: “En la última práctica antes del partido hay un fútbol reducido pero que es a matar, a tirarte de cabeza. ¡El día previo a jugar! Es cortito, para estimular… pero con una agresividad total”.
Y para acabar, habla del estilo y el juego de los equipos del Cholo: “Es un fútbol que no te demanda correr tantos riesgos a la hora de ir a buscar la pelota sino que muchas veces prioriza ganar la segunda jugada, esperar un poco más, hacerte fuerte como equipo atrás y salir rápido hacia adelante… Hay un montón de variantes en el fútbol. Cuanto más rápido lo incorporás y entendés, mejor. Pero todo es crecimiento, es experiencia, y suma, y sirve. Te hace madurar”.
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