Satrus las enchufa de dos en dos


Tras autoconvencerse de que podían pelear de tú a tú con el Real Madrid para poder otorgar el primer título liguero a las vitrinas de Atotxa, aquella Real de la 79-80 se dio cuenta que el camino no iba a ser de rosas. Tocaba remangarse los pantalones y bajar al barro que es donde más se saborean las victorias. Aunque no de dos en dos, la Real seguía sumando para continuar en la cresta de la ola liderando la tabla hasta que llegaron varios resbalones junto al frío invierno.



En esa tacada de encuentros que van desde la jornada 11 hasta la 15 que toca revisar hoy, los realistas bajaron el pistón ganando dos de los cinco partidos y consiguendo otros tres empates. Resultados que unidos al arreón del Madrid permitieron a los blancos recuperaran el liderato durante varias semanas. Tocaba finalizar noviembre visitando a un siempre complicado Sarrià y más teniendo en cuenta que aquel Espanyol encadenaba 11 encuentros consecutivos sin conocer la derrota. Pintaban bastos hasta que emergió la figura de Satrústegui, que con dos extraordinarios tantos la Real se pudo traer los dos puntos a casa. “Impecable triunfo de la Real” tituló aquel día este periódico. Satrus, con cinco goles hasta la fecha, seguía lejos de los 13 de Quini, pero se convenció a sí mismo que tenía que ser uno de los puntales de la primera Real campeona.

En la jornada 11 llegaba a Atotxa un Hércules en media tabla que sacó petróleo del añorado campo rascando un punto tras un despiste de la zaga realista. López
Ufarte adelantó a la Real pero Moyano envió a la red un disparo que no pudo detener Arconada tras una falta de concentración en la defensa txuri urdin, poco común en aquellos años. Entrados en diciembre, la Real viajó a Gijón para medirse al Sporting. Nadie imaginaría lo que allí iba a pasar la próxima temporada. No estuvo a la altura del partido el equipo rojiblanco, pero a la Real le costó desigualar el marcador. Lo hizo, de nuevo, el pequeño diablo bien entrada la segunda mitad transformando un dudoso penalti tras un leve empujón. Entonces, cambiaron las tornas en la tabla.

Atotxa recibía a un Burgos en horas bajas y en descenso con los brazos abiertos el penúltimo día de aquel 1979. Los dos puntos parecían sencillos, más si cabe después de que Satrústegui marcara con un tiro raso en el minuto 9 en un Atotxa anegado tras una tarde lluviosa. El césped incomodó el juego donostiarra y a Arconada, que falló estrepitosamente en un balón aéreo para que Vitoria empujara el cuero mansamente a red. Satrústegui no se dio por vencido y puso el 2-1 en el marcador para conseguir el gol 1.500 en la historia de la Real en el partido liguero número 1.000 de los txuri urdin. Sin embargo, Cortés transformó una pena máxima para propiciar un “pinchazo histórico”, según tituló MD. La Real perdió el liderato tras la victoria del Madrid.

La tacada de cinco partidos finaliza en Andalucía donde históricamente la Real no ha sido capaz de sacar grandes resultados. En aquella primera tarde de Reyes de la década de los ochenta la Real no fue capaz de doblegar al Málaga en La Rosaleda, dejando escapar un punto después de arrollar al conjunto malagueño, con dos goles fantasmas sacados en la línea y tres claras ocasiones de Satrus.

Roberto
López
Ufarte fue un talento precoz hasta tal punto de que con 21 años recién cumplidos ya comandaba a la Real en su cuarta temporada como txuri urdin. El de Fez, además de su sobrada calidad técnica para ser un mago del balón, tenía plena confianza en sus cualidades. Ufarte pedía el balón de manera constante para caracolear y regatear rivales, pero también ostentaba la etiqueta de habitual lanzador de penas máximas en aquella Real del año de la imbatibilidad.

Durante las cinco jornadas analizadas hoy, López
Ufarte falló un primer penalti ante el Hércules en Atotxa después de lanzar mansamente a las manos de Amador con la fortuna de poder marcar el rechace. Pocos días después, volvió a coger el toro por los cuernos con otro lanzamiento desde los once metros ante el Sporting de Gijón en El Molinón superando a Castro para llevar los dos puntos a Donostia.



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