Pocas cosas ocurren tan inverosímiles en el mundo del fútbol como la que se vivió el 17 de marzo de 1954 en el estadio Olímpico de Roma. España y Turquía se jugaban un puesto para el Mundial de Suiza en un partido de desempate después la holgada victoria (4-1) en la ida en Chamartín el 6 de enero y la derrota (1-0) en Estambul en la vuelta, el 14 de marzo. Eran otros tiempos y entonces el goal-average no existía. Si hubiera sido así, la selección española hubiera disputado ese Mundial por clara ventaja en la diferencia de goles.
El caso es que hubo que disputar un partido de desempate en campo neutral. Pero se da la circunstancia de que tampoco entonces salió un ganador tras agotarse el tiempo reglamentario y la consiguiente prórroga (2-2). Y como en los años 50 tampoco existía la definitoria tanda de penaltis (no se introdujo hasta 1970) se ‘tiró’ de reglamento. Y la normativa estipulaba que, para este tipo de casos, el finalista debía decidirlo el azar: bien fuera lanzando una moneda al aire o bien con papeletas en una urna y una ‘mano inocente’.
La FIFA, entonces, señaló con el dedo a un niño italiano que estaba en el estadio como espectador. Él sería quien, con los ojos vendados, recogería uno de los dos sobres de una urna improvisada. Y Franco Gamma sacó la papeleta… ¡de Turquía! ‘Il Bambino’ -apodo por el que se le conoció en adelante- privaba a España de la que hubiera sido su tercera cita mundialista (1934 en Italia y 1950 en Brasil) y las malas lenguas aseguraron que el pequeño Franco, considerado desde entonces un héroe para los turcos, desapareció del mapa abrumado por la presión mediática. Algunas fuentes, sin embargo, aseveran que falleció en un trágico accidente de coche cerca de los 50 años.
Kubala y el sospechoso telegrama
Una de las anécdotas de ese último partido de desempate tras el que la selección nacional quedó fuera llama mucho la atención. Minutos antes del partido, la organización recibía un misterioso telegrama de la FIFA -más tarde negó haberlo mandado- en el que ‘aconsejaba’ no alinear a Kubala por posible irregularidades en su ficha. Se amanazaba a los federativos españoles con posibles sanciones si Kubala, que pese a haber nacido en Hungría era nacionalizado español y que además había sido alineado sin problemas en Estambul, jugaba de nuevo. Nunca se sabrá qué pudo haber ocurrido con el delantero en el ‘once’ de España, pero el caso es que España no se atrevió a alinearlo. El mensaje era: ‘Atención equipo españolsituación jugafor Kubala’.
La ‘culpa’ no solo fue de Franco Gamma
Sobra decir que Franco Gamma ‘Il Bambino’ no benefició para nada a España como mano inocente, sin embargo no fue el único ‘culpable’ de que la selección española se quedara sin Mundial de Suiza. En primer lugar, la selección ya salió beneficiada cuando Rusia (el otro adversario de la eliminatoria junto a Turquía) se borró de la Copa a causa de la muerte de Stalin y no participó hasta cuatro años después, en Suecia. Y, en segundo, pagó caro su mal partido de vuelta en Estambul ante un rival hasta entonces inédito en una fase clasificatoria.
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