La Liga de baloncesto de Israel tiene esperanzas de poder retomar la competición tras el parón provocado por la pandemia del coronavirus y para ello ha previsto un plan en el que los jugadores extranjeros tendrán que pasar una cuarentena de dos semanas aislados, pero luego deberán estar dos meses sin salir a la calle a pasear o a comprar, algo que ha enfurecido a muchos al considerar que hay el mismo riesgo o más haciendo eso que jugando y entrenando cada día.
Scottie Wilbekin, base del Maccabi Tel Aviv y una de las grandes estrellas de la competición israelí, aseguró en sus redes sociales que no cree que ese protocolo para ellos sea justo y ha añadido que no piensa cumplirlo: “Lo digo ya, no me voy a quedar en casa. A partir de la cuarentena inicial el resto no tiene sentido. Si todo es lo suficientemente seguro para que podamos jugar, entonces también es lo bastante seguro para que podamos ir al parque”.
La liga israelí ha respondido a Wilbekin que responsabilizará a los clubs de respetar la ley y agrega que tomará “medidas sancionadoras duras contra un equipo o un jugador que haya incumplido la ley y malogrando la posibilidad de volver a la normalidad en este período tan delicado”.
El último en contestar a Wilbekin ha sido Itamar Grotto, ministro de Salud del gobierno de Israel, quien ha recordado que “cualquiera que regrese a Israel desde el extranjero debe pasar dos semanas en confinamiento solitario. No importa si es un jugador de baloncesto, un hombre de negocios o un trabajador de China “.
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