El doctor Robby Sikka, especialista en medicina y tecnología de los Minnesota Timberwolves, será el encargado de coordinar el estudio de la NBA junto a la Mayo Clinic de Rochester, Minnesota, para determinar la afectación del coronavirus en la comunidad de la liga.
El estudio, del que se deberían conocer los resultados el próximo mes de junio, pretende establecer el porcentaje de jugadores, entrenadores, ejecutivos y personal de la NBA que han desarrollado anticuerpos contra la enfermedad. La iniciativa cuenta con el apoyo del comisionado de la liga, Adam Silver, y la asociación de jugadores NBPA. Se espera que participen los 30 equipos del campeonato.
“Estamos aprendiendo sobre esta enfermedad”, ha explicado Sikka en un comunicado. “Hemos aprendido mucho en dos meses. Así que si podemos tomar los próximos dos meses, aprender mientras avanzamos y mitigamos los riesgos, entonces podremos movernos rápidamente para hacer lo correcto y necesario para jugar con seguridad”.
Mientras las instalaciones de la mayoría de equipos reabren para los entrenamientos individuales de sus jugadores, la NBA continúa buscando respuestas a las incógnitas de una posible reanudación de la temporada. Sikka, que forma parte del comité científico de la liga, es uno de los puntos de referencia en la lucha contra la pandemia.
Un estudio similar de la Universidad de Standford a mediados de abril determinó que tan solo un 0,7% de la comunidad de la liga profesional de béisbol (MLB) había desarrollado anticuerpos.
La Mayo Clinic quiere determinar la efectividad de las pruebas menos invasivas, el pinchazo para extraer sangre en un dedo, con el estudio dentro del colectivo NBA. De ser positiva la experiencia, la clínica fomentaría las pruebas menos invasivas entre la población general y facilitando enormemente las tareas de los equipos sanitarios.
“Creo que los equipos están obligados a hacer algo bueno para su comunidad antes de hacerlo para nadie más”, ha reflexionado Sikka.
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