Todas las situaciones extrañas generadas por el Covid-19 han significado un reto para los preparadores físicos en el fútbol y en todas las modalidades deportivas por las particularidades de tener que entrenar en casa para mantener la forma y, ahora, por las trabas aún presentes para un entrenamiento normal tras dos meses de inactividad y con la exigencia que hay por delante.
En este sentido, los profesionales del Sevilla en esta parcela, Óscar Caro y Pepe Conde, están muy satisfechos por la respuesta de la plantilla. “Ha sido una grata sorpresa ver cómo han llegado los jugadores, lo que nos ha permitido evolucionar de manera óptima”, han asegurado en los medios del club.
“Estamos muy satisfechos. Hemos tratado de estar muy en contacto directo diariamente con ello y esas interacciones nos iban mostrando que había una alta implicación. Su vuelta nos está demostrando que no nos estábamos equivocando en esas percepciones. Este grupo durante toda la temporada ha estado muy implicado y lo ha seguido estando durante este periodo de confinamiento”, explican, a la vez que recuerdan como gestionaron el principio del confinamiento: “Vimos de qué disponíamos y de qué disponían los jugadores en sus casas. A raíz de ahí empezamos a plantearnos los objetivos del entrenamiento, también atendiendo a que no teníamos claro cuánto tiempo iba a durar. Repartimos gran parte del material que teníamos en el gimnasio. Quisimos hacer un seguimiento muy individualizado y diario”.
La actual situación, con entrenamientos de 10 jugadores, ya es un alivio, pero aún no permite las sesiones completas al cien por cien de rendimiento. “No estamos todo el grupo completo y la situación cambia. Se puede parecer en determinados contenidos o situaciones que se planteen a una pretemporada, pero el hecho de trabajar separados dista mucho de una normal. Trabajar como equipo es determinante. Hay un déficit en la preparación de los equipos, sin ninguna duda”.
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