“Han sido dos años muy bonitos, muy intensos, y decidimos no continuar, aunque había posibilidades, pero hemos decidido llegar hasta aquí, ante nuevos retos. No ha habido ningún problema, he quedado con la puerta abierta como dijo Sergio Fernández”. Javi González explica así su marcha de Gasteiz tras una grata experiencia. “Estoy muy agradecido al Alavés por haber confiado en mí estos dos años. He intentado formar a los jugadores, como futbolistas y como personas. Estoy muy orgulloso de ello”.
El de Zorroza recuerda que “nos hemos quedado a diez partidos para el final de la Liga y el equipo estaba muy bien, mejorando mucho” y lamenta que “ha sido difícil de golpe y porrazo parar y ver que se para el mundo”. Llamadas, trabajo individual, psicológico… han compuesto su menú en el confinamiento para dirigir a su muchachada.
Han competido muy bien, han quedado campeones, el menos goleado y el máximo goleador. Era el grupo del año pasado que casi por sorpresa ganamos la liga
“Estamos en Liga Vasca y hemos ascendido a Liga Nacional. Todos de primer año y con cadetes. Han competido muy bien, han quedado campeones, el menos goleado y el máximo goleador. Era el grupo del año pasado que casi por sorpresa ganamos la liga”, precisa.
“En el Alavés he estado inculcando los valores que me dieron Zugazaga, Sáez, Argoitia, Uriarte, Estéfano…”, abunda Javi González, empeñado en crecer.
Sin miedo
“He estudiado mucha psicología, es muy importante. Los cursos los tengo todos. Soy un apasionado de la formación de los niños y del fútbol profesional por supuesto”, asegura. ¿Y está preparado para dirigir a equipos profesionales? “Sí, estoy preparado para ello, pero no te digo que sea uno de mis objetivos ahora mismo. No tendría miedo”, dice.
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