Oportunidad inmejorable para el Eibar


El Eibar, al margen de las circunstancias, los temores y la anormalidad de la situación actual, puede sacarle el máximo provecho al parón de la Liga, que se reanudará dentro de unos días tras más de dos meses de interrupción. Porque los armeros arrastraban la peor tendencia entre todos los equipos de la competición cuando se desencadenó la crisis sanitaria.



Con la capacidad para sumar una única victoria en las últimas siete jornadas, el Eibar firmó peores números que Mallorca, Leganés y Espanyol, los tres equipos actualmente en descenso. Todos ellos añadieron al menos un segundo triunfo a su casillero. Lo mismo ocurrió con Celta y Valladolid, los otros dos candidatos a pelear por eludir el descenso a Segunda.

Lo cierto es que esos tres puntos, logrados frente al Levante en Ipurua; unidos a los dos empates, contra Celta y Betis; y los cuatro tropiezos, ante Alavés, Barça, Mallorca y Real; habían colocado a los de José
Luis
Mendilibar en las fauces del abismo, con no muy buenas sensaciones.

Estos dos largos meses han podido servir, dentro de las preocupaciones lógicas por la pandemia, para resetear y limpiar la cabeza ante lo que se avecina a partir de ahora. Un nuevo comienzo en el que hay que poner toda la carne en el asador, porque toca hacer frente a un exigente sprint de 11 jornadas en apenas mes y medio y cualquier error puede ser letal, ya que el tiempo se echa encima y no va a haber margen para lamentos ni recuperaciones milagrosas.

Por ello, la concentración es máxima en Atxabalpe. La plantilla superó sin sobresaltos la fase de entrenamientos individuales, también la de grupos reducidos y ya se ejercita en bloques más amplios a la espera de recibir el visto bueno para entrenar todos a la vez en circunstancias normales.

José
Luis
Mendilibar, el cuerpo técnico y la plantilla son conscientes de que el aspecto físico puede ser crucial en el desenlace de la competición, pero quien sabe si la entereza mental puede acabar siendo determinante para ganar unos puntos vitales. Hace dos meses, el Eibar era un mar de dudas y los interrogantes planeaban sobre el devenir de la temporada. Ahora, con más de 60 días de desconexión forzada, arrancar con la mente limpia puede ser un valor añadido


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