La noticia pasó desapercibida antes del obligado parón liguero a causa del coronavirus.
Gorka Bidaurrazaga
había dejado de sentarse en el banquillo del Deusto. Uno de sus ayudantes tuvo que asumir entonces la dirección del equipo tomatero.
Las noticias que llegaban en torno al estado de salud del que fuera jugador y técnico del Athletic no eran nada halagüeñas. Todo lo contrario. El propio Bidaurrazaga explicaba hace unos días a mi compañero Jon Zubieta buena parte de lo acontecido en aquellos angustiosos días. Días duros, sumamente duros, para él, su familia y el propio Deusto.
Esta misma semana ha trascendido públicamente que el hasta ahora técnico del club bilbaíno se va a tomar una especie de año sabático, en lo que al mundo del banquillo hace referencia, para dedicarlo a su recuperación tras el ictus sufrido: “Hemos decidido con los médicos darnos un año de plazo. Voy a recuperarme bien”.
Apoyo desde la grada no le va a faltar porque más allá de su capacidad futbolística, antes como jugador y ahora como entrenador, se trata de una buena persona
El partido de Bidaurrazaga continúa. Apoyo desde la grada no le va a faltar porque más allá de su capacidad futbolística, antes como jugador y ahora como entrenador, se trata de una buena persona. Los veteranos del Athletic, el Deusto y mucha gente más puede dar fe de ello. Beti aurrera, Gorka!
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