Llega el verano y, con él, nuestras ganas de disfrutar del sol en la playa y en la piscina. Claro que es importante hacerlo de forma segura, no sólo para evitar las quemaduras, sino también el envejecimiento prematuro y el cáncer de piel a largo plazo. Así que a continuación hemos seleccionado unos consejos básicos para proteger la piel del sol.
Evitar las horas centrales del día
A la hora de tomar el sol, es mejor evitar las horas centrales del día, cuando los rayos solares son más fuertes: entre las 12:00 y las 16:00.
Hacer exposiciones progresivas
Las exposiciones al sol deben ser progresivas, y los primeros días mejor en movimiento. Así que nada de ir el primer día a la playa y estar cuatro horas tumbada al sol. Durante la primera semana con 20 minutos diarios es suficiente.
Utilizar un buen protector solar
Existe una especie de «leyenda urbana» que dice que para conseguir un buen bronceado es mejor no utilizar un protector solar. Pero nada más lejos de la realidad. El uso de una crema SPF 50+ es obligatorio a la hora de tomar el sol en la playa o en la piscina. No olvides aplicarla en la nuca, en las ingles, en la cara interna de las rodillas y en las plantas de los pies.
Cuidar la hidratación de la piel
En verano es muy importante prestar especial atención a la hidratación de la piel para que no se reseque. Muy recomendable el uso diario de una crema hidratante adecuada a las necesidades de tu piel. Además, debes tomar entre 2 y 2,5 litros de agua diarios. También puedes apostar por frutas ricas en agua, como la sandía o el melón.
No reutilizar las cremas
Y, por último, reutilizar las cremas de un año para otro no es una buena idea. Si han estado en la playa o en la piscina, los filtros habrán perdido eficacia.
¡Así puedes proteger la piel del sol!