El Valladolid hunde al Leganés con poca pólvora y mucho oficio

Volvió el fútbol a Butarque y, con él, el sufrimiento de la pelea por la salvación dejado a medias antes del confinamiento. Desde entonces hasta hoy, poco o nada ha cambiado la situación de un CD Leganés que volvió con derrota (0-2) ante un rival directo. Un rival, el Valladolid, que no se tuvo que rasgar demasiado las vestiduras para sacar oro molido de su visita a Madrid.

Y es que el trabajo de los de Javier Aguirre durante estos tres meses se tambaleó ya desde el primer momento. En una jugada sin peligro aparente, con una cesión atrás hacia el portero, Cuéllar y Awaziem se hablaron en idiomas distintos y Ünal, más listo que ninguno, tradujo en gol aquel balón perdido (0-1). Apenas habían echado a andar ambos equipos y el Leganés ya se había pegado un tiro en el pie.

Sin embargo, los madrileños, no quisieron borrarse tan pronto, y rápido cogieron las riendas del juego. Con llegadas tímidas y otras insuficientes, amenazaban vagamente al Valladolid que, con ese premio inesperado, buscaba un segundo sin arriesgar en exceso. Los de Sergio siguieron dando buena cuenta de su ordenado carácter defensivo y se limitaban a no conceder ningún favor jugando como un auténtico frontón vasco.

El miedo al error era tal que durante gran parte de la primera mitad, el centro del campo fue el único frente de batalla y el protagonismo pasó a ser de los balones colgados al área más por oficio que por convencimiento. Los porteros eran espectadores de lujo y los delanteros, obreros del gol sin apenas ocasiones de conectar con la portería. Con victoria pucelana por la mínima -tanto por méritos como por lo que dictaba el marcador- se llegó al descanso.

Segunda parte con picante hasta el final

Tras el respiro, los dos equipos siguieron jugando las mismas cartas con idéntico resultado. Esta vez tardó algo más el Valladolid en marcar, pero lo hizo. Fue Alcaraz, en el 54’, que remató un centro de Óscar Plano punteado por Cuéllar, poniendo más tierra de por medio.

Fue entonces cuando Aguirre, obligado, agitó su banquillo con tal de dar otro aire a su equipo y se notó, también en el luminoso. Los jugadores pepineros metieron una marcha más que coincidió con el único error de la zaga pucelana, obra de Salisu. El africano cometió un penalti claro que transformó a la perfección Óscar Rodríguez para ponerle picante al final del partido.

La sombra del empate se paseó hasta el final, pero el Valladolid supo domar a los minutos finales de la misma forma en la que lo hizo durante todo el partido y se llevó, con mucho oficio, una victoria que le impulsa hacia arriba tanto como hunde al Leganés.

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