Costa iguala demasiado pronto el gol de Muniain

No le dio tiempo al Athletic a saborear su primer gol tras la vuelta a la competición. Poco después de que Muniain batiese al siempre acertado Oblak; un despaje al tuntún de Yeray, con pérdida inmediata de concentración en el marcaje, permitió a Diego
Costa
firmar el empate en San
Mamés. De lo que pudo haber sido a lo que fue en apenas un abrir y cerrar de ojos. Lástima.



El fútbol sin público en San Mamés no es fútbol. Ni para los que están fuera del terreno, ni seguramente para los que están dentro. El deporte es idéntico en lo que a reglamento hace referencia, pero las sensaciones resultan muy diferentes a cuando desde las gradas resuenan los cánticos, los aplausos, los pitos y todo aquello que tenga a bien la afición rojiblanca.

Los leones celebran el gol de Muniain
Los leones celebran el gol de Muniain

Lo de los leones, bajo tal perspectiva, tiene su mérito. Los pupilos de Garitano
plantaron cara en todo momento a un conjunto colchonero que ni en el mejor de sus sueños hubiese imaginado un escenario como el que esta vez se encontró en Bilbao. Ni a Simeone, todo nervio y movimiento en el área técnica, se le vio tan enchufado en esta ocasión. Todo un síntoma.

La alineación del Athletic en su vuelta a la competición fue la esperada. La principal novedad vino dada por la presencia de Raúl
García a modo de interior diestra. Williams, en tales circunstancias, ejerció de nueve.

El Atlético apostó por un claro 4-4-2 de partida, pero con un apunte táctico un tanto llamativo. Marcos
Llorente, el centrocampista que destacó durante su etapa en el Alavés, ejerció en punta junto a Diego Costa. Nada de medio punta, de delantero específico.

El respeto mutuo imperó de partida. La propuesta de ambos equipos está definida desde hace mucho tiempo. Fuertes atrás, dispuestos a la batalla en cualquier zona del campo y alegrías ofensivas las justas. Tan solo Carrasco pareció dispuesto a saltarse el guion prestablecido tras un inoportuno resbalón, uno de los muchos que sufrieron los locales, de Unai
Simón.

Oblak y Unai Simón deciden

El Athletic, pese a este aviso, fue adueñándose de la situación frente a un Atlético que cada vez intensificaba más su repliegue. Yuri y Williams fueron los primeros en intentarlo de cara a gol y Yeray obligó a Oblak incluso a hacer una de las paradas del encuentro, pero fue Muniain quien acertó a abrir el marcador en la recta final del primer tiempo. El navarro dedicó de manera sentida y especial esta diana.

Todo pintaba bien para los leones, pero un mal golpeo de Yeray con pérdida añadida de la vigilancia de su par sirvió para que Diego
Costa estableciera el 1-1 dos minutos después. A los leones no les dio ni tiempo para saborear su diferencia en el marcador.

El desarrollo del choque varió poco a poco en la segunda mitad. Los colchoneros dieron un paso hacia delante en busca de un nuevo gol y los leones, conscientes de la coyuntura, fueron metiéndose poco a poco atrás, aunque sin renunciar a salir en ataque a la primera posible. Oblak, en cualquier caso, disfrutó de una plácida sobremesa. Tan solo Yuri le puso en ciertos apuros.

Costa se dispone a chutar para batir a Unai Simón
Costa se dispone a chutar para batir a Unai Simón

Simeone, aprovechándose de la nueva reglamentación en lo que a los cambios hace referencia, introdujo tres de manera simultánea. El sistema colchonero se mantuvo igual, pese a todo, con Arias de lateral diestro con Lemar por delante y Morata en punta. Garitano tiró al mismo tiempo de Vesga y Sancet. El Athletic, pese a la presión colchonera, seguía manteniendo el tipo atrás. La presencia de Correa y Herrera como nuevos hombres de refresco rivales y los problemas físicos de algunos rojiblancos hicieron que el técnico deriotarra metiese a Núñez y De
Marcos al mismo tiempo por un ‘tocado’ Yuri y un cansado Muniain. El Athletic pasó entonces a jugar con defensa de cinco.

Los colchoneros insistieron en su embestida final y los leones, entonces sí, echaron en falta el aliento y el empuje que les suele dar la afición de San
Mamés en este tipo de coyunturas. Unai
Simón, que poco antes había evitado lo inevitable a remate a bocajarro de
Arias, estuvo bien protegido en todo momento. La entrada de Kodro por Williams en el tiempo de prolongación resultó significativa. Un punto es un punto.


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