La maldición de los penaltis lastra al Alavés


El Alavés ha retomado viejos defectos lejos de Mendizorrotza. Su versión solvente durante la segunda vuelta anterior al confinamiento ha dado paso ahora al equipo endeble a domicilio del comienzo de la temporada. En este alocado tramo final liguero, vuelve a encajar demasiados goles, no termina de encontrar el camino hacia la portería contraria y, además, ve de nuevo cómo los penaltis en contra se le acumulan.



En las tres últimas jornadas, concretamente en sus dos últimas salidas, le han sancionado nada menos que con tres -dos ante el Celta y uno contra el Atlético de Madrid-. Casi nada.

Es el albiazul el conjunto más castigado en este apartado de LaLiga. Suma ya 14 penas máximas en contra, seguido del Mallorca, con 13, y del Betis, con diez. Los tres pelean por la salvación en la parte baja de la tabla.

Demasiadas manos

Ocho de los 14 han sido por manos dentro del área. En este sentido, el equipo se ha visto perjudicado por el cambio de interpretación de este tipo de jugadas en el presente curso. Con la entrada del VAR, la intencionalidad de antaño parece haber caído en el olvido. En cuanto el balón golpea en el brazo, aunque los futbolistas no puedan evitarlo, los colegiados señalan el punto fatídico.

Hasta la fecha, Manu García (2), Rubén Duarte (2), Adrián Marín, Martín, Magallán y Ljubo Fejsa han caído en esta nueva trampa. Tal ha sido el perjuicio que ha sufrido el equipo con esta nueva moda, que incluso el cuerpo técnico ha incluido ejercicios específicos durante los entrenamientos para evitarla. Ahora, en muchos lances, es habitual ver a los futbolistas albiazules salir a interceptar los balones en el área con las manos pegadas al cuerpo y entrelazadas entre sí, una acción que se suele utilizar en las barreras de las faltas cuando éstas se sitúan dentro del área.

A domicilio, 13

La estadística en este apartado, que llama mucho la atención, presenta otra curiosidad. De las 14 penas máximas, 13 han sido decretadas en sus salidas y sólo una en Mendizorrotza. Este dato explica el pírrico balance babazorro fuera de casa, donde es uno de los visitantes más amables del campeonato, con sólo 9 de los 48 puntos en juego conquistados, un 18,75%, en 16 encuentros.

Los babazorros han sido castigados con una pena máxima, o dos, en 10 de sus 16 salidas. En tres de ellas -Real Sociedad, Osasuna y Celta- le han pitado dos en contra. En estos diez encuentros, sólo ha podido arrancar un punto ante el Sevilla (1-1), con un balance de un empate y nueve derrotas.

En los otros seis, cuando no ha sido sancionado, sus registros mejoran de manera ostensible, con 8 puntos sumados en dos duelos ganados, dos empatados y dos perdidos.

Todos estos guarismos chocan con el balance en Mendizorrotza, donde le han pitado cuatro a favor -todos ellos marcados por Lucas Pérez– y sólo uno en contra. Fuera lleva dos a favor -transformados por el coruñés y Joselu– y 13 en contra.

Con ello, el equipo se ha visto apeado de la lucha en varios encuentros. El último y doloroso ejemplo es el choque ante el Atlético de Madrid, donde un cuadro babazorro plagado de suplentes estaba plantando cara a la potentísima escuadra de Simeone hasta que, en el minuto 72, Melero López pitó un increíble penalti en un lance en el que, en la línea de fondo, Marcos Llorente es el que termina impactando con Rubén Duarte, que se había lanzado al suelo para frenar su avance. El defensa andaluz, con cinco penaltis cometidos de los 14, varios de ellos más que discutibles, lidera esta desdichada faceta.


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