La oficina de la NBA ha asegurado a la asociación de entrenadores de la liga que “solo la edad” no será suficiente para evitar que un técnico vaya al Walt Disney World Resort con su respectivo equipo y pueda participar en el reinicio de la temporada regular.
Las personas con alto riesgo de complicaciones graves por el coronavirus no irán, pero el hecho de ser mayores, sin otros riesgos añadidos, no colocará a nadie en esa categoría.
“Todo el mundo pasa por un proceso de selección, pero la liga nos ha asegurado que nadie será señalado para no ir a Orlando solo por su edad”, informó el entrenador de los Dallas Mavericks, Rick Carlisle, presidente de la Asociación Nacional de Entrenadores de Baloncesto.
Carlisle calificó la decisión como algo “muy positivo” y “justo” de cara a respetar los derechos laborales de unos profesionales que tienen la confianza de sus equipos y su rendimiento es máximo.
El director ejecutivo de la NBCA, David Fogel, y Carlisle expresaron su preocupación en junio de que varios asistentes y tres entrenadores en jefe podrían tener restricciones para trabajar en Orlando debido a su edad y que algunos podrían tener problemas para reanudar sus carreras debido a eso.
Gregg Popovich de San Antonio (71 años), Mike D’Antoni de Houston (69) y Alvin Gentry de Nueva Orleans (65) entran en esa categoría.
D’Antoni reiteró el miércoles que recientemente no había escuchado nada de la oficina de la liga sobre su intención de seguir entrenando a los Rockets desde el banquillo, como de costumbre.
“Estaré listo para ayudar al equipo a que podamos tener nuestro mejor rendimiento y luchemos por estar entre los mejores en la lucha por el título”, destacó D’Antoni.
Por su parte, Gentry comentó el martes que esperaba entrenar a los Pelicans en Orlando, mientras que el vicepresidente de operaciones de baloncesto del equipo de Nueva Orleans, David Griffin, dijo que “eso debe determinarse”, pero agregó que no tiene ninguna razón para creer que el máximo responsable técnico no vaya a ir.
Los protocolos de salud y seguridad de 113 páginas enviados a los equipos el mes pasado describieron un proceso de varios niveles de identificación y “protección” potencial de los empleados del equipo designados como de mayor riesgo.
Todo el personal del equipo completará un cuestionario sobre los factores de riesgo individuales, incluidos el asma, los problemas cardíacos, los tratamientos continuos contra el cáncer, los hábitos de fumar, un índice de masa corporal superior a 40 como medida de obesidad, enfermedades renales o hepáticas y otras indicaciones de un sistema inmune comprometido.
Luego será un profesional médico el que determine la autorización de los profesionales que cumplen con todos los requisitos, además de dar negativo a las pruebas de coronavirus.
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