En este tiempo tan maldito, a la Real se le han ido cayendo hasta los clavos a los que agarrarse. Januzaj se lesionó cuando era el único realista lúcido, a Isak le reventaron unas ampollas tras su soberbia actuación ante el Levante, pero ahora llega otro resorte para la esperanza. Se llama Ander
Barrenetxea, tiene 18 años, y dio un auténtico recital de fútbol vertical, desborde y talento contra el Granada. Espectáculo puro que no se vio refrendado en goles porque le falló un ariete inspirado y los postes se lo impidieron por partida doble. Aquí hay un gran futbolista.
Viendo que Odegaard está lastrado por su lesión de rodilla, Isak salió tocado de La Nucía, Oyarzabal, Portu y Mikel
Merino están en las últimas en el capítulo físico y Januzaj sigue en la enfermería, la frescura y el descaro de este futbolista infrautilizado esta temporada pueden ser diferenciales. Barrenetxea puede destrozar a una defensa agotada. Se le echó mucho de menos en las seis primeras citas desde la reanudación, que vio desde la grada por una rotura de fibras. Imanol sostiene que es explosivo y joven y todavía no sabe interpretar las señales que le envía su cuerpo. De momento, sólo ha disputado 326 minutos en Liga (lo correspondiente tres partidos y medio), divididos en 14 encuentros.
El joven donostiarra fue una pesadilla constante para Foulquier y Víctor
Díaz, los defensas que se encargaban de tratar de frenarle. Les desbordó por fuera y les creó un descosido cuando se orientaba hacia adentro para poder chutar o pasar con su pierna buena, la diestra. El ejemplo de lo primero fue el primero de sus palos: su centro chut sin ángulo impactó en el poste con Rui
Silva totalmente superado. Del segundo aspecto dejó muchas muestras, como la del segundo balón a la madera: se hizo un autopase por detrás entre las piernas del defensor y su disparo envenenado abajo lo rozó Rui
Silva antes de escupirlo el poste.
A pesar del gran esfuerzo de encarar y enfilar hacia el área cada vez que agarraba la pelota, Barrenetxea aguantó los 90 minutos y al mismo nivel. Es la primera vez en la temporada que juega un partido íntegro.
El envío a Portu
En la segunda parte, mostró nuevas pinceladas de su repertorio en un quiebro sucedido luego con un balón largo milimétrico al espacio a Portu y en un autopase por fuera para zafarse de su par. En el Camp Nou dejó encandilados a los que no le conocían. Contra el Granada multiplicó sus prestaciones y seguro que más de uno le descubrió.
Queda por saber qué rol le dará Imanol para estos partidos, pero tiene que ser uno de los pilares para sujetar el sueño europeo. No tiene desgaste porque apenas ha tenido participación este curso y se le ve con chispa y hambre.
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