La última visita al Levante propició un gran cambio en el Athletic


No será en el Ciutat de València, ni siquiera en la misma provincia. Será en La Nucía, en Alicante, a unos 100 kilómetros de la casa del Levante. El Athletic vuelve a visitar al cuadro granota y la última experiencia fue traumática. Un 3-0 que le costó el puesto a Eduardo Berizzo en el banquillo rojiblanco. Lo de hoy podría catalogarse como el no regreso de los leones al escenario del crimen.



El Athletic se plantó en la ciudad del Turia aquel 3 de diciembre de 2018 en puestos de descenso. La soga apretaba y las sensaciones iban de mal en peor. Los bilbaínos se fueron retroalimentando en su espiral negativa y la sonrojante derrota contra los granotas fue la gota que colmó el vaso. Berizzo se marchó con el equipo tercero por la cola, a tres puntos de la salvación. Solo logró una victoria en catorce jornadas, en el partido inaugural del curso contra el Leganés y en el descuento. Añadió ocho empates y cinco derrotas.

El argentino había tocado casi todas las teclas, con escaso éxito, en su intento de enderezar el rumbo. Las últimas las pulsó en Valencia. Apostó por un esquema con tres centrales: Núñez, Iñigo Martínez y Nolaskoain. Y también hizo debutar a Ganea en Liga, como titular además. Ocupó el carril izquierdo. Es el único compromiso que ha disputado el rumano como león en la máxima categoría.

No le salió absolutamente nada al Athletic. Fue el ejemplo perfecto de todo lo que no le funcionó a la escuadra vizcaína en los meses anteriores. Una primera parte en la que apenas hubo movimientos en las áreas. Incluso la mejor ocasión fue de Aduriz, quien no acertó a batir a Oier tras recibir un pase en largo. Pero si algo podía ir mal en esos momentos, se torcía hasta límites insospechados. Ganea regaló una falta en el descuento y luego la defensa rojiblanca no supo despejar el cuero. La cosa acabó en gol de Chema.

Fue el principio del fin, ya que la segunda mitad fue de zozobra para el Athletic. Un cúmulo de desgracias que se sucedieron una tras otra. La primera fue la lesión de Ganea. Tuvo que ser retirado en camilla al recibir un fuerte golpe en las costillas. No pasó a mayores y después pudo abandonar el estadio por su propio pie.

El Levante, que rondaba los puestos europeos y marchaba por delante del Valencia en la tabla en aquellos instantes, hizo las delicias de sus aficionados tras el descanso. A los de Berizzo les llegaban desde todos los frentes. Se acumulaban las ocasiones para los locales. Campaña y Roger Martí redondearon la fiesta del Levante hasta elevar el 3-0 al marcador. Sin embargo, había más hueco en la mochila de las fatalidades del Athletic. Nolaskoain vio la roja directa en la recta final del choque tras una consulta del árbitro con el VAR.


Los leones transmitieron señales de tremenda impotencia. Quedaba mucho por delante, pero el peligro del descenso acechaba. Eran tres meses y medio sin una victoria que llevarse a la boca. La imagen de Muniain, tirado en el suelo y golpeando el césped, fue significativa. La deriva que estaba tomando encendía las alarmas.

Berizzo quedó sentenciado con el 3-0 contra el Levante. Fue despedido a su llegada a Bilbao, aunque las caras de la expedición bilbaína a su salida del Ciutat de València eran un verdadero poema y hacían presagiar el desenlace. Todavía estaba Josu Urrutia a la cabeza y las elecciones asomaban en el horizonte. El despido de Berizzo supuso el ascenso de Gaizka Garitano. Tomó las riendas de manera inmediata. Dirigió un par de días más tarde al Athletic en Huesca en una eliminatoria de Copa que estaba finiquitada desde Bilbao y empezó a jugar finales en Liga. La primera, con el Girona, decidida con un penalti materializado por Aduriz en el añadido. El deriotarra convenció, salvó sin apuros al equipo y ahora visita al Levante para tratar de vengar lo sucedido el pasado curso y seguir en la pelea por Europa.


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