El Atlético de Madrid y el Deportivo de la Coruña hicieron en el verano de 1997 sendas ofertas falsas por el centrocampista del Mérida Manuel Canabal, cuya cláusula de rescisión de 800 millones de pesetas acabó por pagar el Real Madrid, ya que el entrenador italiano Fabio Capello se había enamorado del jugador.
Lo desvela el presidente del Mérida en esa época, José Fouto, en un libro del periodista José Antonio Reina “Historias de Mérida. 19+12 relatos de su época dorada”, editado por Círculo Rojo.
Fouto pidió a los presidentes del Atlético, Jesús Gil, y del Deportivo, Augusto César Lendoiro, que le remitieran sendas ofertas por escrito.
Finalmente, el presidente del Real Madrid, Lorenzo Sanz, decidió pagar la cláusula por temor a quedarse sin el jugador, que firmó por cinco años y una cláusula de 8.000 millones de pesetas, y que se convirtió en el traspaso más caro de la historia del club romano.
Este es unos de los episodios más llamativas del libro “19+12”, un guiño al año de nacimiento del Mérida, según ha explicado a Efe Reina, coordinador de Deportes de Canal Extremadura Radio y que vivió esos años en Cope.
Otra anécdota del libro, que no debería de faltar en las estanterías de ningún aficionado romano, según Reina, la protagoniza el entrenador gallego Fabri González, que precisamente recomendó a Fouto la adquisición de Canabal, jugador del Pontevedra.
En medio de una mala racha recurrió a una vidente que percibió vibraciones negativas y por su consejo se cocían unas hierbas en una sartén que se dejaba toda la noche sobre el césped del estadio.
Según el técnico, la mujer también les advirtió de que había muertos en el estadio y, curiosamente, al remodelarlo tiempo después aparecieron 40 tumbas romanas bajo el terreno de juego.
En esos convulsos años por la Segunda hasta conseguir el ascenso se repitió dos veces y en el minuto 44 un mismo accidente: gol del Mérida, la valla quitamientos de la curva sur cede y los aficionados caen al vacío, afortunadamente sin heridos graves.
El Mérida y el Real Madrid estuvieron unidos tristemente por la muerte en carretera de Juan Gómez “Juanito” y Óscar Molina, un prometedor canterano blanco al que los romanos pusieron una cláusula de 1.000 millones de pesetas.
Además, los emeritenses se despidieron de su primera aventura en Primera en el Bernabéu, el mismo día del adiós de Michel y Laudrup, y muchos años antes de vestir de blanco, al Mérida le pidieron 500.000 dólares por un Ronaldo Nazario de 16 años.
El Mérida accedió en 1990 al fútbol profesional por los pelos. Consiguió el ascenso al ganar al Osasuna B en el último minuto y de penalti (0-1) y por el empate del Barcelona B en casa ante el Lugo, cuyos jugadores percibieron una prima extremeña a terceros de 1.200.000 pesetas.
Aunque Fouto lo sigue negando, varios medios publicaron en marzo de 1996 que el Mérida había pintado de verde las calvas del césped debido a que Canal Plus iba a retransmitir el partido frente al Atlético.
El malogrado Michal Robinson bromeó durante la retransmisión: “No sé si es un efecto óptico, pero parece que el balón tiene un cierto tono verdoso”.
Fouto reconoce que el despido de Sergio Kresic fue una “barbaridad”, pero lamenta no haber cesado a D’Alessandro por las llamadas que recibió del periodista José María García.
“García, que era su principal valedor, me la metió doblada”, dice el histórico expresidente, que nunca tuvo pelos en la lengua.
“Falagán se lesiona leyendo el Marca”, dijo del portero vallisoletano, que sufrió dos graves lesiones con el Mérida y que denunció a Fouto por esas palabras.
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