La noche del pasado 21 de junio, Martín
Zubimendi se sentaba en el banquillo de Anoeta con la ilusión de tener unos minutos con el primer equipo. Un sueño compartido por todo chaval que pasa por Zubieta. En realidad, por toda Gipuzkoa. Enfrente estaba el líder, el Real Madrid, pero cuando el centrocampista donostiarra saltó al césped no se amilanó. Pidió el balón, distribuyó y abarcó campo. 22 minutos de descaro, una oportunidad aprovechada que empezó a cambiar su vida por completo.
A los tres días se estrenó como titular contra el Celta. Era el momento clave de la temporada y de los siete partidos siguientes inició cinco. Hoy, un mes y una semana después de aquella noche de goles anulados, posibles manos y tropezones en el área, Zubimendi tiene su sitio en la primera plantilla, su cláusula es de 60 millones y su contrato dura hasta 2025. Todo en un abrir y cerrar de ojos, como sucede casi todo en el fútbol.
Un proceso fulgurante que le ha granjeado titulares, aplausos y un admirador inesperado. Cuando la Real anunció su renovación, Lobo Carrasco compartió la noticia en su perfil de ‘Twitter’ y añadió: “atentos a su evolución”. “Tengo amigos como Roberto
López
Ufarte, o gente con la que me vinculo que ya me habían avisado”, explica el exfutbolista, comentarista y colaborador de MD. “Me fijé en él y tenía una pinta… Cuando lo vi pensé que era importante comprobar si tenía esa mentalidad para manejar la situación. La ha demostrado”.
Carrasco valora enormemente la dificultad del momento en el que Zubimendi ha sido capaz de afianzarse, con la Real atravesando un bache. “Con oleaje favorable todo el mundo tira caños, pero jugar de esa forma cuando el equipo que tenía la vitola de hacer el mejor futbol, de cuidar más la pelota, está sufriendo, tiene un mérito bárbaro”.
Detalla qué aspectos de su juego le han sorprendido. “Me gusta su inteligencia táctica, pero también que sea capaz de desprenderse de esa atadura. Cuando uno se ciñe a lo táctico, se convierte en un esclavo de esa medalla que te dan los entrenadores por guardar bien la posición. Él entra, comprende la situación que atraviesa el equipo y se convierte en un revulsivo dentro del engranaje colectivo, ayudando a que vuelva la armonía”.
“Se suele decir eso de “ha dado un paso adelante”, pero no, él ha tirado la puerta y ha dado dos pasos adelante”, incide. “Evaluando la dificultad que tenía el momento, para mí tiene un gran mérito porque significa que la calidad va asociada a la mentalidad. Esa fórmula es la que determina cuando un jugador tiene grandeza. En su mente, el ‘36’ lo ha cambiado por el ‘4’. Quiere ponerse el ‘4’”. Un proceso que Lobo
Carrasco seguirá con mucho interés.
“Puede ser uno de los mediocentros de la Liga”
Carrasco augura una gran futuro a Zubimendi siempre que no se acomode. “Si es autoexigente, autocrítico, inconformista y sigue evolucionando se puede convertir en uno de los mediocentros más importantes la Liga. Tiene competencia en el equipo con Illarramendi, con Zubeldia, con Guevara; el reto de hacerse con el ‘4’ es importante pero lo veo mentalmente muy fuerte”.
“Cuando veo a la Real sé que voy a disfrutar”
El estilo de juego de la Real concuerda con el tipo de fútbol que le gusta al Lobo
Carrasco. “Imanol ha conseguido que me siente a ver los partidos con ganas”, asegura. “Yo, por ejemplo, fui un regateador, por eso quiero ver gente que se atreva a hacer cosas, jugadores valientes. La Real me enamora, estoy siempre pendiente de ella porque sé que voy a disfrutar de su juego”.
“Oyarzabal es la moneda que tiene cara y cara
Además de su sorpresa por la irrupción de Martín
Zubimendi, Lobo Carrasco no esconde su predilección por otro futbolista txuri urdin. “La gente habla de Martin
Odegaard, que es brillante, sobre todo en el último pase, pero si tuviera que elegir un jugador de la Real sería Mikel
Oyarzabal. Es la moneda que tiene cara y cara”.
Es más, Carrasco cree que el futbolista eibarrés tiene potencial para aumentar un grado más su rendimiento si, como en los últimos encuentros de Liga, comienza a jugar con más asiduidad más cerca del punta. Piensa que, en las inmediaciones del área, el ‘10’ txuri urdin podría dispararse a cifras que le situarían entre los máximos anotadores de la competición.
“Creo que cuando lo pongan por dentro definitivamente, tiene capacidad para hacer 20 goles”, explica el exfutbolista y comentarista. “En el fútbol, en el mercado, hay mucho humo, mucho vídeo, mucho gato por liebre; la verdad del fútbol es Oyarzabal”.
“Hay que cuidar a jugadores como Barrenetxea, cada vez salen menos”
Si Oyarzabal centra su posición, el carril podría quedar para Barrenetxea. “Qué velocidad tiene. Encara siempre y eso intimida al rival, genera espacio, hace que el delantero esté alerta. Esos jugadores hay que cuidarlos, cada vez salen menos. De pequeños les limitan el regate por eso de no ser un chupón. La gente piensa que ser un chupón es siempre un defecto. Yo, gracias a que lo fui, estoy hablando contigo”.
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