Son muchísimas las incógnitas respecto una temporada atípica en todos los sentidos para el Espanyol. El descenso a Segunda División obliga a reinventarse y a trabajar de manera diferente a cómo se hacía en la máxima categoría. No está exento de sus dudas un puesto como el de portero. Pese a la reciente renovación de Diego López hasta junio del 2021, no está claro que el guardameta de 38 años vaya a formar parte finalmente de la plantilla. Ya tuvo alguna oferta cuando se sabía que acababa contrato en junio y ahora, con la ampliación todavía despierta el interés de, por ejemplo, el Celta, que podría ser su destino.
Su posible marcha provocaría la necesidad de acudir al mercado en busca de un meta titular. Oier Olazabal, que firmó por dos temporadas y media, sólo ha jugado dos partidos y ahora mismo no es una garantía, aunque tiene experiencia y podría ser importante. Andrés Prieto, por su parte, tiene un compromiso hasta el 2021 pero no ha logrado hasta la fecha tener la confianza de los entrenadores.
Además, en el filial Adri López debería subir esta temporada, mientras que también está Joan García, uno de los mejores canteranos de España este último ejercicio. Sin embargo, ese supuesto exceso de porteros no soluciona el problema de la titularidad, bien por esa citada falta de confianza en algunos o por falta de experiencia en el caso de los más jóvenes.
De ahí, que se empiecen a relacionar nombres como futuribles. El último, el del guardameta del Málaga Munir. La situación económica del club de la Costa del Sol le obligará posiblemente a plantear una rebaja salaria o incluso una salida. El futbolista se ha mostrado siempre dispuesto a seguir, pero también ha dicho que si su actual club necesita su ayuda, no se opondrá. De momento, su posible llegada al Espanyol es sólo una elucubración. Hasta que no se aclare el papel de los que ya están no habrá nada concreto.
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