El fútbol mundial mira a la Real Sociedad desde que el lunes por la noche anunciara la contratación de David
Silva para las dos próximas temporadas, con opción a una tercera. La decidida apuesta del crack canario por jugar como txuri urdin los dos próximos años ubica al club blanquiazul en un mapamundi futbolístico en el que su cotización ha crecido exponencialmente en las últimas horas, las primeras de David Silva como nuevo jugador de la Real.
El hasta hace unos días capitán del Manchester City ha elegido Donostia y la Real como próxima estación en su exitoso y prolongado itinerario de 16 años como profesional. Así lo atestigua el hecho de que aterrizará en la capital guipuzcoana perdiendo dinero. Se le espera en septiembre, tras dos semanas de vacaciones. Silva ha rechazado ofertas económicas mucho más cuantiosas por firmar por la Real. Sin ir más lejos, en Italia se informa de que en la Lazio cobraría en torno a 4 millones de euros. Su salario en el club txuri urdin será sensiblemente inferior.
Huelga decir que en ligas como las de los Emiratos Árabes podría haber aspirado a un retiro dorado, muchísimo mejor remunerado, lo que pone en valor la voluntad del futbolista de seguir en activo al primer nivel. Técnicos muy cercanos a Silva con los que ayer contactó MD ponderan por encima de todo la apuesta que el crack hace por la Real. Silva ha encontrado en la propuesta que le ha llegado de Anoeta las características ideales para el actual momento de su carrera. Un club estable con una organización modélica, un estilo de juego al que se adapta como anillo al dedo y un plantel joven y ambicioso que le permite seguir optando a éxitos en su carrera. La Real y Silva han cruzado sus caminos en el momento perfecto. Se adaptan el uno al otro como un guante.
El Silva que llegará a Donostia no será el Silva en el momento álgido de su carrera pero tampoco se puede perder de vista que en la última temporada jugó 40 partidos oficiales, 31 como titular. Ha sido una pieza esencial en los planes de Guardiola. De hecho, uno de los motivos que le ha llevado a decantarse por la Real es, según ha podido saber este diario, su estado de forma tras el confinamiento. El canario regresó muy fino tras la cuarentena y ese punto de juego fue el combustible definitivo para elegir seguir al máximo nivel y no buscar una liga secundaria.
Una carrera sin lesiones
Más allá de los 34 años que figuran en su DNI, la Real encontrará en el excapitán del City a un profesional exquisito dentro y fuera del terreno de juego. Un jugador que lleva una vida muy ordenada y tranquila y que cuida todos los detalles. Hace tiempo que incorporó a su rutina un fisio y un recuperador propio, algo cada vez más habitual entre los futbolistas profesionales, y esto no ha hecho sino potenciar su privilegiada genética. Es un futbolista de los que apenas se lesiona como atestigua una carrera de casi dos décadas sin contratiempos físicos de relevancia.
Desde sus inicios en el filial de Valencia, Silva siempre ha sido uno de los futbolistas más destacados desde el punto de vista condicional y si bien cualquier aficionado al fútbol da por sentado que la Real incorporara una zurda de seda, un talento innato para el último pase y el desequilibrio, el canario también tiene un pulmón de hierro. En esta última campaña con el City ha sido capaz de correr hasta 13 kilómetros en más de un partido y casi siempre ha figurado entre los jugadores que más distancia han recorrido en los partidos del conjunto inglés.
Silva, además, es un futbolista que domina como nadie los espacios intermedios. Que se ubica de forma innata con inteligencia en esas posiciones en las que puede recibir con ventaja para poder hacer daño en el último tercio de campo. Pocas duda existen, por tanto, de que el hueco que deja vacante Martin
Odegaard en la Real es su posición ideal sobre el terreno de juego.
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