Emma García ha regresado este fin de semana a ‘Viva la vida’ pero no ha sido la única. También Alejandra Rubio, la hija de Terelu Campos, ha vuelto este sábado a pisar el plató del programa después de 41 días de ausencia en los que el propio espacio ha hecho pasar desapercibida su falta.
Aunque la joven ha continuado usando con normalidad sus redes sociales, su vida ha vivido un momento complicado en este verano 2020 ya que, tal y como la propia nieta de María Teresa Campos ha revelado, el pasado 3 de agosto dio positivo por COVID y, a partir de entonces, ha estado confinada 33 días. «Tuve síntomas no graves, como fiebre, erupciones… Los primeros siete días tuve casi todos los síntomas. Yo me empecé a encontrar mal, tenía fiebre y al día siguiente no me sabía nada la comida, fui al hospital y di positivo», comenzaba Alejandra. «Me confiné con Álvaro y hemos estado juntos todo este tiempo, todo agosto en casa. He cumplido todos los días de cuarentena. Yo he sido un caso extraño, porque daba positivo en la PCR aunque daba negativo en el análisis de los anticuerpos. Al parecer se me quedaba el gen del virus y se supone que no contagiaba, pero no quería salir a la calle por si se lo pegaba a alguien».
Ante las preguntas de Emma García, la hija de Terelu Campos ha confesado que no ha pasado miedo sino expectación y que no tener ningún síntoma respiratorio ha sido un gran alivio para ella.
Por su parte Terelu, que acompañaba a su hija en su vuelta al trabajo tras pasar la enfermedad y confesaba que el susto fue mayúsculo cuando se enteró y que ella misma se tuvo que hacer una PCR y confinarse hasta que le llegaron los resultados, que por suerte para ella fueron negativos. A la hija mayor de María Teresa Campos la enfermedad de su hija le pilló en Málaga y, aunque en un principio quiso volver a Madrid a pesar de no poder verla, se quedó mucho más tranquila al saber que su hermana Carmen Borrego estaba en la ciudad y se iba a encargar de llevar comida a su pequeña.
Ya de vuelta juntas al trabajo, Terelu Campos no ha podido más que mostrar su orgullo ante la pulcra actitud de su hija con el virus, habiéndose mantenido completamente aislada casi 40 días a pesar de haber dejado de tener síntomas en la primera semana.