Escrivá defiende que la covid tendrá un impacto transitorio en la Seguridad Social



El Ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá (i), conversa con la presidenta de la Comisión parlamentaria de Seguimiento del Pacto de Toledo, Magdalena Valerio (d), antes de su comparecencia este miércoles ante la Comisión.Kiko Huesca / EFEEl ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha señalado este miércoles que la crisis desencadenada por la pandemia tendrá una “naturaleza eminentemente transitoria para las cuentas de la Seguridad Social”. “Lo estamos gestionando para que así sea”, ha apostillado en su comparecencia ante la Comisión del Pacto de Toledo en el Congreso, que está acelerando sus trabajos para intentar cerrar un documento de recomendaciones de reforma. Esta ha sido la única comparecencia a puerta abierta de todas las celebradas por la Comisión.Apoyándose en las encuestas, el ministro ha explicado que la covid ha traído mucha incertidumbre a los pensionistas y los trabajadores que están cerca de su jubilación, entre los que hay muchos segmentos vulnerables. “Tienen menos margen que un joven” y “se están generando comportamientos que no benefician al sistema”, ha destacado. Escrivá ha asegurado que están aumentando las jubilaciones anticipadas voluntarias porque se percibe que no están garantizadas. De ahí que haya defendido la necesidad de trasladar confianza. Y para ello primero ha querido comparar el sistema español con una selección de países comparables europeos. En primer lugar recordó que España es el único que no actualiza sus prestaciones con la evolución de los precios o los salarios. Debido a la revalorización del 0,25%, “domina la pérdida de poder adquisitivo de las pensiones”, ha recalcado. Y ha añadido que con el 0,25% se podría perder hasta un 30% de poder adquisitivo, según un informe de la Autoridad Fiscal de cuando él la presidía. En opinión del ministro, este sistema de revalorización “no es sostenible” y “no sirve para dar certidumbre”. Así que ha reclamado al Pacto de Toledo que llegue pronto a un acuerdo para poder garantizar este mismo año el poder adquisitivo con el IPC.En cuanto a la edad de jubilación, Escrivá ha señalado que en España esta se encuentra algo más alta que en otros países, tomando como ejemplo a un grupo que consideró de referencia u homologables. Y en las cotizaciones el sistema español está ligeramente por encima de la media.Pero sobre todo Escrivá se ha escudado en el nivel de gasto sobre PIB para defender que la situación de las cuentas de la Seguridad Social es manejable. Con los desembolsos situados en el entorno del 11% del PIB, ha manifestado que el punto de partida es mejor que otros sistemas que se hallan más sobrecargados por la proliferación de excepciones y particularidades muy generosas. Para contextualizar cuál es la escala del problema, el ministro ha vaticinado que en 2050 el gasto se colocará en los mismos niveles que tienen ahora países como Francia, Austria o incluso por debajo de Italia debido al envejecimiento y revalorizando las prestaciones con el IPC. “Las pensiones en España no tienen los problemas de sostenibilidad que a veces se plantean porque nuestro punto de partida no es de los peores”, ha asegurado. Y ha apuntado que el 0,25% suprimía todo el aumento del gasto esperado.A continuación, ha insistido en que la pandemia tendrá un “impacto transitorio sobre las cuentas de la Seguridad Social”. Conviene situarse en un déficit precovid del 1,3% del PIB, ha dicho. Sin contar con las políticas extraordinarias por la actual crisis del coronavirus, en el año 2020 el déficit de las pensiones subirá al 2% del PIB. En 2021 dependerá de si todavía tienen continuidad algunas de esas políticas de ayudas por la covid. Y respecto a 2023 ha augurado que la foto no sería muy distinta de la de 2019. Para ello ha mostrado un gráfico en el que el déficit de las pensiones se colocaba en el escenario central en los 20.000 millones de euros en 2023 con un rango de probabilidades hasta los 35.000 millones. En ese gráfico se aprecia que durante 2020 y 2021 se aplanan los gastos, y además hay un fuerte aumento de los ingresos sin justificar a partir de 2021. El ministro no ha aclarado si esas proyecciones incluyen nuevas transferencias motivadas porque se empiecen a trasladar gastos impropios al Presupuesto del Estado. Sí que ha desgranado que la Seguridad Social tendrá este año una aportación extraordinaria de 14.500 millones debido a la covid para la exoneración de cuotas de los ERTE, la prestación extraordinaria de autónomos, el gasto de incapacidad por coronavirus y el ingreso mínimo vital.Escrivá ha afirmado que las transferencias de gastos impropios conseguirían unos 22.000 millones que eliminarían el déficit del sistema antes de que empezase la jubilación del baby boom allá por 2025. Entre ellas ha mencionado las subvenciones a las cotizaciones, las reducciones de algunos regímenes, las prestaciones de maternidad, parte de las cuotas de desempleo o los gastos de funcionamiento. Y ha pedido al Pacto de Toledo un acuerdo rápido para poder legislar cuanto antes, revalorizar otra vez con el IPC y que estas transferencia se hiciesen durante esta legislatura. “Esta mala contabilización tiene efectos devastadores sobre la percepción de la sostenibilidad del sistema y es la mayor fuente de incertidumbre”, ha subrayado.El ministro ha declarado que está estudiando la plena equiparación de derechos de los autónomos: “Estamos trabajando para que coticen según sus ingresos”.Un estudio de la Autoridad Fiscal de cuando Escrivá la presidía calcula que se puede ahorrar más de un punto del PIB por cada año que aumente la edad efectiva de jubilación. Por eso ha iniciado un estudio para concluir cómo se puede acercar más la edad efectiva de jubilación a la legal. El ministro ha hablado de incrementar los incentivos económicos para demorar la jubilación y de compatibilizar una prestación con el trabajo. También ha apuntado que se rediseñarán los incentivos para no jubilarse de manera anticipada.Respecto a los sistemas complementarios, Escrivá ha hecho referencia a un informe reciente de la Autoridad Fiscal que dice que las rentas altas son las que más se aprovechan de los beneficios fiscales al ahorro. Ha destacado que los planes de empleo proporcionan una mayor rentabilidad que los individuales y ha puesto como ejemplo el modelo del País Vasco.


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