Han pasado tres meses desde que la vida de Albert Rivera diera un giro radical gracias al nacimiento de su hija. Fue el pasado 6 de junio cuando el expolítico y Malú daban la bienvenida a la pequeña Lucía, poniendo así el broche de oro a una relación que comenzaba a finales del año 2018. Y mientras quien fuera líder de Ciudadanos ha disfrutado de uno de sus mejores veranos, su expareja, Beatriz Tajuelo, también ha pasado su época estival compartiendo su tiempo con su familia en la isla de Menorca, donde se ha redimido después de más de tres meses sin estar con ellos. De vuelta al trabajo coincidiendo con el nuevo curso, la exazafata ha reaparecido en la Fashion Week Madrid para mostrar su apoyo a la industria de la moda, una de las más castigadas por la crisis del coronavirus.
Simpática y cercana, Tajuelo ha hablado de su nueva ilusión. Algo que le ha tenido muy ocupada y que le ha llenado mente y corazón desde que llegó el confinamiento. Un aislamiento que ha sido duro para ella al tener que pasarlo sola en su piso de Barcelona y del que ha sacado fuerza y esta nueva alegría que le ha devuelto la sonrisa tras su separación. Y es que Beatriz ahora solo tiene hueco en su vida para el trabajo y el nuevo proyecto que está llevando a cabo en el mundo de la comunicación.
Convertida en influencer y con una página web con apenas un mes de vida, su ilusión se centra en sacar adelante este proyecto y darse a conocer como experta en moda, maquillaje, gastronomía y, por supuesto, viajes. «Voy pasito a pasito porque quiero ser cauta y ahí en mi web comparto lo que a mí me gusta, quizá dentro de poco haya algo de venta, pero prefiero ir despacio», ha explicado antes de disfrutar en el front row de varios desfiles.
Contenta con la acogida que ha tenido en estas primeras semanas desde que su página web vio la luz, Beatriz Tajuelo ha demostrado su generosidad afirmando que «hay que apoyar a las marcas españolas y los viajes nacionales». Está concienciada con el impacto del coronavirus en la economía y está inmersa en su trabajo como influencer, como así ha estado haciendo durante este verano tan ‘atípico’ en el que ha ejercido de tía a tiempo completo, papel que ha compaginado a la perfección con este nuevo proyecto que le ha tenido disfrutando de la gastronomía menorquina, así como de sus calas, firmas de moda y tratamientos de belleza.