Mikel Oyarzabal no duda en apuntar alto de cara la recién nacida temporada. “El equipo tiene hambre de ganar”. El capitán irradia optimismo y se declara ilusionado, sobre todo con “jugar cinco competiciones”, según manifiesta en una entrevista al programa ‘Fuera de Juego’ de Radio Euskadi. Y la Real, mientras, aplaude las reflexiones, sabiendo que la felicidad de su buque insignia es un principio básico para una época fecunda en alegrías.
Por de pronto, a Oyarzabal no parece quitarle el sueño la presunta obligación de fichar por el hecho de que se haya marchado Diego Llorente. “No sé si tendríamos que traer a alguien, no me incumbe esta decisión”. El de Eibar cree que “hay que dar valor a los que estamos” y argumenta que “ya se vio contra el Madrid que aquí hay nivel, que los chavales que suben dan el callo”.
Imanol Alguacil sí ha sido explícito en su postura de solicitar un central que se maneje por la izquierda del eje. El club, entretanto, no piensa en despilfarros, sino en actuar con cautela. Oyarzabal parece pensar en la misma prudencia, depositando su confianza en los que están. Mientras el mercado se introduce en su fase definitiva, el mediapunta de la Real valora los dos empates ante Valladolid y Real Madrid: “Hay que darlos por buenos”. Oyarzabal sostiene que “en Valladolid no hicimos un buen partido y contra el Madrid pudimos hincarles el diente pero ellos también tuvieron sus oportunidades”.
La defensa de Oyarzabal a la política de cantera que prevalece es total. “Mucha parte de esta Real es Zubieta”, afirma. La apuesta por la gente de casa es proporcional a la juventud de los jugadores. En este punto, Oyarzabal medita sobre que “si el partido se pierde por detalles, se dirá que es falta de experiencia”. En cambio, “si ganas en una contra, será por la chispa de los jóvenes”. La conclusión a la que llega el capitán es que “en el fútbol todo está supeditado al resultado”.
Si quiere y siempre que las lesiones le respeten, Mikel
Oyarzabal está llamado a escribir una historia relevante en la Real. Ha jugado 197 partidos oficiales con el primer equipo y tiene 23 años. “A quién no le gustaría ser un histórico de la Real”, responde con naturalidad, al ser preguntado por el significado de entrar en el Olimpo txuri urdin. “Sería señal de hacer las cosas bien. Quiero seguir creciendo, trabajando”, explica, asegurando que elegir un cambio de aires a un club más poderosos “depende de cada uno”. Para Oyarzabal, “aparte del fútbol hay un entorno, familia, pareja, amigos…” y aboga por “mirar muchas cosas antes de tomar una decisión”. Su contrato se extiende hasta 2024 y la Real le tasó con una cláusula de rescisión de 75 millones.
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