El VAR venía siendo más protagonista en esta liga que propio el juego del Real Madrid, y ante el Cádiz se echó de menos el videoarbitraje para evitar el pinchazo merengue. Un recién ascendido, el mismo equipo contra el que los blancos sufrieron un bochorno copero histórico en 2015 con Cheryshev como protagonista, sacó los colores al conjunto de Zinedine Zidane, que sigue sin saber dar con la tecla para hacer carburar a los suyos.
Tras los avisos ante Valladolid y Levante, contra los que solventó la papeleta con la inestimable ayuda del VAR, el Madrid volvió a caer en sus viejos vicios y vio como volaban los primeros puntos del Di Stéfano. En la primera etapa del maratón, el conjunto merengue acusó demasiado el parón de selecciones y desplegó un juego errático que contrastó con la ilusión, garra y motivación del Cádiz.
El equipo cadista fue un ciclón en el inicio de partido, mordaz y con ganas de generar peligro frente a un Madrid apático y totalmente empanado. Las rotaciones de Zidane (introdujo a Marcelo, Isco y Lucas Vázquez) no aportaron la frescura deseada y los blancos sólo fueron protagonistas en el primer tiempo por sus erradas y los rifirrafes de un Ramos que dejó el campo con molestias.
La imagen apenas mejoró en la segunda mitad. Con Asensio, Casemiro y Valverde se jugó con una marcha más, aunque insuficiente para rescatar al menos un punto.
A tres días de medirse al Ajax y a una semana del Clásico, las sensaciones del Madrid no pueden ser peores. Sin fútbol, sin alma y sin ideas. Así es el momento que atraviesa el equipo merengue.
Primeros puntos perdidos en Valdebebas
Uno de los puntos fuertes de este Madrid, campeón de la pasada Liga, era su efectividad en el Di Stéfano. En la ciudad deportiva, donde juega sus partidos desde que se reinició el fútbol, los blancos no habían dejado escapar ni un sólo punto. Eran 7 victorias consecutivas desde el 14 de junio, pero el Cádiz, que nunca había vencido en feudo merengue, supo dar la sorpresa y dejar en blanco al cuadro de Zidane.
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