Es el mes de octubre, la temporada acaba de empezar, pero no es descaballado asegurar que el Real Madrid, esta noche en Alemania, juega una final. Una final, porque tras la derrota ante el Shakhtar Donetsk (2-3) del pasado miércoles, los blancos se ven obligados a sumar su primera victoria si no quieren seguir a cero en su grupo a las puertas de la visita del Inter de Milán, el rival fuerte, la semana que viene. Para ello, los de Zidane llegan a Alemania plenamente convencidos de hacer buenas las sensaciones recuperadas en el Clásico donde, con la victoria por 1-3, se borraron de un plumazo las dudas al respecto del equipo, del banquillo, y de un posible cambio de rumbo en el proyecto.
Lateral derecho, punto débil
En cuanto a las bajas, las presentes en el lateral derecho son las más relevantes. Si bien es cierto que Zidane sigue teniendo alternativas a Carvajal y Odriozola, ahora tampoco podrá contar con Nacho, lesionado el pasado sábado en Barcelona y que no podrá volver hasta mediados del próximo mes de noviembre, tras el próximo parón de selecciones.
Por ello la duda está en saber si será Lucas Vázquez quien ocupe el lateral o, si por el contrario, Zidane pasará a Mendy al costado diestro como ya hiciera ante el Shakhtar y deje a Marcelo en el carril izquierdo. La otra duda está en saber si jugará con cuatro centrocampistas formando un rombo, o volverá al esquema del 4-3-3 con el que consiguió ganar el Clásico con Marco Asensio, Vinicius y Karim Benzema en la tripleta de ataque.
Hazard, regreso clave
Por otro lado, una de las mejores noticias a destacar en el plano madridista es el regreso de su gran estrella: Eden Hazard. El belga, que entró en la convocatoria después de más de un mes de lesión, podría volver a jugar de blanco después de 80 días. La última vez que lo hizo fue en Manchester, frente al City, cuando el equipo cayó eliminado en octavos ante los de Guardiola. Aún así, no se le espera en el once titular y sí en la segunda mitad si todo va favorablemente.
El Borussia, peligroso
Pese a haber encadenado varios años de ausencia en la máxima competición internacional de clubes, el Borussia Mönchengladbach se presenta ante el Real Madrid sin complejos y con el bagaje de haber empatado en casa del Inter en la primera jornada un partido que tenía ganado.
Los alemanes, como buenos germanos, son un equipo rocoso y directo que basan su juego en el ataque vertical y la velocidad por bandas.
Cuentan con dos extremos peligrosos: Hoffman y Marcus Thuram (hijo del mítico defensor francés) y con un delantero, Plea, que sabe combinar muy bien con sus compañeros. Así pues, una final en toda regla para el Real Madrid en una semana de infarto.
Source link