El Shakhtar demuestra que va en serio y empata con el Inter de Milán (0-0)

Por tierra mar y aire. Así buscó la victoria el Inter de Milán en Kiev ante el Shakhtar pero no la consiguió. Se tuvo que conformar con el 0-0 y es que los ucranianos van en serio, no han venido a hacer turismo a esta Champions League. Eso sí, les costó un mundo no encajar. Se disfrazaron de muro naranja con acento brasileño para mantener su portería a cero y lo terminaron logrando.

Derroche físico

Después de aterrizar en la Champions como un elefante en una cacharrería ganando a todo un Real Madrid (2-3), el Shakhtar se hizo pequeño frente al Inter de Milán. Los ucranianos supieron mantener a raya a los de Conte pero no sin achicar agua por todos lados mientras Lukaku buscaba saciar su hambre de gol una y otra vez.

A su favor, y como excusa más que entendible, hay que decir que los ‘naranjas’ llevan más de dos semanas jugando prácticamente con los mismos once futbolistas por el Covid-19, y con recambios semi profesionales en el banquillo.

De ahí que en el 15’, el delantero Dentinho se ‘borrará’ del partido por lesión y más tarde Khocholava por el mismo motivo. Taison, uno de los titulares recuperados, entró al terreno de juego por el punta pero sin ritmo de competición y eso el equipo lo notó.

Frenados por la madera

La madera fue la única que supo decirles que ‘no’ tanto a Nico
Barella como después a Lukaku. Antes, el Inter había trenzado llegadas por banda y centros al área sin mucha miga pero con la sensación constante de peligro. El Shakhtar, que pese a todo seguía destilando ese vértigo cada vez que cogía el balón, tan solo pudo morder con ataques inocentes.

La segunda mitad tuvo el mismo tono. No cambio en exceso. El Inter no piso el freno. Es más, subió de marchas y buscó el gol con más ahínco a través de balones largos a la espalda de la defensa ucraniana. Lautaro tuvo el suyo en sus pies pero lo envió a las nubes en la ocasión más clara del partido. El Inter ya no sabía qué más hacer.

Y es que el Shakhtar no exploró mucho más allá de su campo pero, mientras el marcador marchaba igual que al principio, a ellos le servía. Y mucho. Y eso se notó sobre todo en los minutos finales donde los locales ya dieron por perdida cualquier opción de ganar y se limitaron a conservar el empate que vale oro. Mucho mérito el suyo.