Uno de los grandes interrogantes del arte rupestre (el que se realizó, aproximadamente, entre 40.000 y 2.500 años de antigüedad) —y que siempre levanta airadas respuestas— ha sido resuelto por un grupo de investigadores de las universidades de Alcalá de Henares, Granada, Autónoma de Barcelona y Durham (Reino Unido). ¿Este tipo de arte pictórico era solo de factura masculina o también las mujeres participaron en él? El estudio Who painted that? The Authorship of Schematic Rock Art at the Los Machos Rockshelter in Southern Iberia (¿Quién pintó eso? La autoría de arte esquemático en el refugio rocoso de Los Machos, en el sur de Iberia) ofrece, por primera vez una respuesta científica: con una probabilidad del 80%, las representaciones son obra tanto de hombres como de mujeres.
La investigación de los expertos en arqueología, geología y antropología Francisco Martínez-Sevilla, Meritxell Arqués, Xavier Jordana, Assumpció Malgosa, José Antonio Lozano Rodríguez, Margarita Sánchez Romero, Kate Sharpe y Javier Carrasco Rus, acaba de ser publicada en la revista científica Antiquity. “La cuestión de la autoría despierta un gran interés entre los investigadores y plantea uno de los mayores desafíos para la investigación científica. Determinar el sexo y la edad del autor o autores nos permite definir con mayor precisión el contexto social en el que se realizó y si fue creado como un acto individual o como parte de un acontecimiento colectivo”, se lee en el artículo.
El resultado obtenido por los investigadores españoles y británicos demuestra “por primera vez que individuos de uno y otro sexo, incluidos adultos y subadultos, participaron en esta actividad, desafiando supuestos de autoría masculina que no se han abordado científicamente con anterioridad”. La investigación respalda así las conclusiones del libro Museos arqueológicos y género: Educando en igualdad (Universidad Autónoma de Madrid, 2017), que recoge el testimonio de más de una veintena de profesoras, investigadoras, académicas y catedráticas de Historia y Arqueología en el que muestran su completo rechazo a la “visión antropocéntrica”.
Para llegar a la conclusión de que las pinturas rupestres pueden ser obra tanto de mujeres como de hombres, los expertos estudiaron el abrigo rocoso de Los Machos, en Zújar (Granada), donde identificaron dos huellas dactilares “personales, excepcionales, únicas y dejadas por uno o dos autores” sobre unas pinturas de arte esquemático, una de las tres categorías, junto al levantino y el macroesquemático, que componen el arte rupestre en la península Ibérica.
El refugio Los Machos se encuentra en la vertiente oriental del Cerro de Jabalcón, a unos 1.335 metros de altura. Cuenta con una abertura orientada al este en un muro de piedra caliza de unos 100 metros de altura. La gruta es poco profunda, de unos 17 metros de ancho.
El panel pintado se encuentra en lo más profundo del abrigo y sobre la parte superior. Como está orientado al este y el viento y la lluvia predominantes provienen del oeste, no ha estado expuesto a erosión eólica ni a la disolución de los de carbonatos por agua. “El panel”, afirma el estudio, “está casi completamente conservado”.
Los especialistas fotografiaron digitalmente las dos huellas halladas y analizaron la anchura de las crestas dactilares. Para determinar la edad y el sexo de las personas que las dejaron, se compararon estas medidas con el de 546 dactilares del dedo índice de la mano derecha de individuos juveniles y adultos españoles actuales (304 mujeres y 242 varones). Del análisis se concluye claramente que correspondían a dos individuos diferentes: un hombre adulto, de 36 años, y una mujer (al 80%) o, en todo caso, un joven o adolescente.
Francisco Martínez-Sevilla, del Área de Prehistoria de la Universidad de Alcalá, señala que “la investigación sobre la autoría, utilizando la metodología aplicada servirá para desvelar las complejas dimensiones sociales que se pueden detectar en otros sitios con arte rupestre en el mundo”.
Como escribió Lourdes Prados, catedrática de Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, en el libro que desató la polémica hace tres años, “no hay que idealizar el pasado a través del discurso expositivo, ni de inventarnos relatos para que aparezcan mujeres, se trata de dotar de contenido aquellos ámbitos donde la investigación arqueológica nos indica que ellas desarrollaron sus actividades y que, obviamente, varían según las épocas y culturas”.
El nuevo estudio multidisciplinar —firmado por cuatro científicos y cuatro científicas— lo confirma, por primera vez.
Source link