A punto de cumplir su cuarto mes como entrenador babazorro, Pablo Machín ya ha encontrado la forma de conectar con su plantilla. Desde que inició en agosto sus entrenamientos, el Alavés, a pesar de las evidentes limitaciones de su plantilla, ha experimentado una notable evolución. El soriano ha logrado que todos sus futbolistas se impliquen. Hasta la fecha ha utilizado a 24 de sus peones en LaLiga y todos han cumplido en mayor o menor medida con un denominador común: dejarse hasta la última gota de sudor sobre el césped.
Cuando llegó, se encontró a un vestuario lastrado por las “malas dinámicas”, tal y como reconoció recientemente Víctor Laguardia, uno de los capitanes, en referencia a una serie de hechos que no quiso especificar y que, según desveló, perjudicaron al equipo en el tramo final del pasado ejercicio.
A base de trabajo, el técnico ha conseguido desbloquear a sus pupilos que, en las dos últimas jornadas han sumado los mismos puntos -cuatro- que en las seis primeras. Tras un mal arranque de curso, en el que parecía prolongarse la triste imagen dada por el Alavés desde que regresó a la competición en junio al término del confinamiento, el equipo vuelve a remontar el vuelo.
14 futbolistas
Entre lesiones, sanciones y decisiones tácticas, Pablo Machín ha utilizado ya a 24 jugadores en estas ocho primeras jornadas ligueras. Todos ellos han cumplido en mayor o menor medida, aunque el técnico tiene muy claro el núcleo en el que confía. En cuanto a la primera plantilla se refiere, sólo Sivera, meta suplente, Tachi y Burgui tienen su casillero de minutos en blanco.
Pacheco, Ximo Navarro, Laguardia, Lejeune, Rubén Duarte, Tomás Pina, Rodrigo Battaglia, Jota Peleteiro, Pere Pons, Edgar Méndez, Luis Rioja, Joselu, Lucas Pérez y Deyverson, un total de 14 futbolistas, integran ahora mismo el núcleo de máxima confianza del preparador babazorro. Dos de ellos -Ximo Navarro y Pere Pons-, están lesionados y serán baja como mínimo hasta después del parón y un tercero, Jota Peleteiro, se va a perder el duelo ante el Levante por sanción federativa.
Aunque tiene claro la base del equipo, Machín está tratando de meter a todos en dinámica. Así, futbolistas como Manu, Martín o Adrián Marín tratan de ganar protagonismo tras superar lesiones de pretemporada que les han hecho partir en desventaja. Otros, recién llegados, como el propio Peleteiro o el portugués Tomás Tavares, que debutó el pasado sábado, se esfuerzan por subir a un tren que ya está en marcha.
Mientras, Rodrigo Ely es un ejemplo de los que pelean por recobrar su mejor forma y John Guidetti, con apariciones esporádicas, intenta recobrar el protagonismo perdido desde el verano de 2018.
Por último, dentro de un grupo muy variado en cuanto a edades y personalidades, Borja Sáinz encabeza al grupo de jóvenes del filial que aporta energía en los entrenamientos y está atento a la espera de una oportunidad.
Variantes tácticas
En ocho jornadas, el soriano ha hecho gala de una amplia gama de recursos tácticos. Ha empleado varios dibujos, empezando por su 1-3-5-2, su sello en todos los clubes por donde ha transitado, continuando por un 1-4-4-2 que se ajusta mejor a las cualidades y defectos de su actual plantel y terminando por el 1-4-1-4-1 que le sirvió para mantener un punto frente al Barcelona tras quedarse con diez prácticamente en la última media hora por la expulsión de Jota Peleteiro.
Entre medias, además de otras variantes, el dibujo mixto utilizado en los triunfos frente a Athletic (1-0) y Valladolid (0-2), con un 1-4-4-2 en defensa que se convierte en un 1-3-5-2 cuando el equipo ataca.
En estos tres meses largos, Pablo Machín ha demostrado varias cosas: personalidad, capacidad de trabajo, mano izquierda y firmeza a la hora de exigir el máximo sacrificio. “El esfuerzo no se negocia”, indica en una de sus frases más utilizadas un técnico que está sabiendo conectar con una plantilla que, partido a partido, va recobrando la fortaleza mental y la capacidad de sacrificio de antaño.
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