Uno no sabe ya si mirar el vaso medio lleno, con la buena segunda mitad del Bilbao Basket en los dos últimos partidos disputados en Miribilla (Real Madrid y Bamberg), o medio vacío, tras el calco en la práctica totalidad de los arranques, muy desesperante.
Entre el desacierto inicial y la sensación de que hay jugadores que tienen cogidos con pinzas los conceptos que dibuja en el banco Álex
Mumbrú, acabamos con más dudas que certezas sobre este Bilbao Basket en construcción, pero ya con 10 partidos oficiales disputados de los que solo ha ganado uno.
No debemos borrar el primer cuarto de anoche, es para enseñarlo a los jugadores una y otra vez. No es una cuestión de acierto, es de actitud. Esa que tiene el equipo, que ha demostrado y que casi le lleva a luchar por victorias de prestigio. Pero las derrotas pesan. Hay que encontrar esa chispa adecuada, esa motivación interna que sabemos que tienen porque lo han demostrado.
Entrenamiento de calidad o compromiso internacional que ya es historia, lo realmente importante llega el domingo con Sito Alonso y su Murcia. Semana clave para levantar el vuelo ¿con Moses
Kingley o Goran
Huskic?
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