Objetivo, desbancar a Netflix: la reinvención del ‘streaming’

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Ya nadie se acuerda de Blockbuster. Ahora todos hablan de Netflix. El consumo de la nueva televisión no solo supone un 25% dentro del mercado televisivo, sino que también ha reclutado cerca de 900 millones de usuarios suscritos a por lo menos una de las diversas plataformas que conforman este fenómeno. La expansión es real y va a toda prisa. Según el último reporte de audiencias realizado por la compañía de medición y análisis de datos Nielsen Holdings, el streaming ahora representa una cuarta parte de todos los minutos de televisión vistos. Cada día hay más opciones, más series, nuevas películas, múltiples plataformas. Ante un mercado que avanza tan rápido y el fuerte liderazgo de Netflix, ¿qué ofertas hay, cómo ha influido la pandemia y qué futuro les depara?

En el mercado de la nueva televisión hay muchos competidores, pero la tarta suele repartirse por lo menos entre cinco: Netflix, Amazon Prime, HBO, Disney Plus, Apple TV. Con 183 millones de suscriptores en todo el mundo Netflix es el líder, según datos correspondientes al primer cuatrimestre del año. A la compañía le sigue la plataforma de Amazon, Prime, con 150 millones de suscriptores. HBO se posiciona en el tercer puesto, con 140 millones de usuarios. Otras como Disney Plus y Apple TV —que han sido de las últimas en unirse a la carrera— suman 50 y 33 millones de suscriptores, respectivamente.

Contenido más allá de Netflix

¿Pero cómo han logrado escalar las nuevas plataformas y posicionarse cerca de Netflix? La compañía se mantiene en los primeros lugares de audiencias porque cuenta con una excelente experiencia de usuario, actualiza su contenido constantemente y porque su aplicación funciona sin problemas, cosa que no necesariamente se da en otras plataformas. Así, Netflix ha fijado un estándar y, por ser pionera, ha partido con una ventaja competitiva. “Pero es prescindible porque ahora hay mucha competencia”, sugiere Elena Neira, investigadora especializada en nuevos modelos de distribución audiovisual y autora de Streaming Wars, que explica el fenómeno de la nueva televisión.

En el mercado del streaming, las cifras son fuertes pero no excluyentes. Esto significa que no necesariamente los 183 millones de suscriptores de Netflix son exclusivos de esa plataforma. Muchos también consumen Prime, por ejemplo. “El mercado del streaming no funciona como una competencia directa, sino más bien como un conjunto de plataformas que se complementan”, explica Neira y asegura que la supervivencia de las plataformas depende más en sus funcionamientos internos y en la fidelidad con sus públicos. “En este mercado, las plataformas no piensan tanto en la competencia sino en su comunidad de usuarios. No buscan ofrecer su portafolio de contenidos para que obligatoriamente nos demos de baja en el otro, sino que quieren generar relaciones de confianza con sus usuarios. Buscan molar en la cabeza del cliente y formar parte de las conversaciones ordinarias”, detalla la experta.

Así, los usuarios suelen tener entre dos o tres servicios de streaming y saltan de una a otra dependiendo de lo que busquen en ese momento. El usuario medio no abandona una plataforma por otra, más bien la deja de consultar por un tiempo y luego regresa, cuando hay nuevo contenido. Según Nielsen, la cantidad de servicios que las personas están dispuestas a presupuestar y a los que se suscriben ha aumentado: solo el 2% de los adultos está reduciendo su número de servicios de suscripción pagados, mientras que el 25% ha agregado un servicio en los últimos tres meses. Además, sugieren que los hispanos son los que más “han adoptado nuevos servicios”; un 20% más que los asiáticos y un 15% más que los blancos.

Tras las debilidades del rey

Netflix ha comenzado a sentir el paso fuerte de sus otros competidores. José María Benito, director del diplomado de Especialización en Producción de Series de TV y profesor de Estructura del Mercado Audiovisual de la Universidad Villanueva, considera que la competencia ha “encontrado las vulnerabilidades de Netflix”, que son “mucho contenido pero de menor calidad” y “un abanico tan amplio de opciones y públicos que no conquista completamente a ninguno” y que ahora está comenzando a explotarlas.

Tal es el caso de Prime como HBO, que por ahora son la segunda y tercera fuerza. El economista y profesor de Deusto Business School, Mario Cantalapiedra, advierte sobre un futuro liderazgo en el mercado encabezado por Prime, la plataforma que pertenece a Amazon (uno de los gigantes tecnológicos de occidente y miembro del grupo GAFA: Google, Amazon, Facebook y Apple). “Yo no descartaría que en poco tiempo asistamos a una concentración de la industria del streaming también en los gigantes que ya dominan otros ámbitos tecnológicos”, sugiere Cantalapiedra, haciendo referencia también a Apple TV, la compañía de Tim Cook. “El modelo de Apple es interesante porque la compañía no busca ser el nuevo Netflix. Lo que quiere es que compres sus dispositivos y vivas la experiencia Apple. Y Apple TV, así como Apple Music, son parte de esa experiencia”, explica Neira. Actualmente, la apuesta de streaming de la compañía de Cupertino está incluida con un año de suscripción gratis en todos sus productos.

Para Benito, el éxito de una plataforma como HBO “está en la calidad de su producción”. “Ahí tienes Patria, por ejemplo, con una producción fantástica y exitosa en todo nivel, publicitario, audiovisual y coyuntural”, detalla. Otro de los grandes éxitos de esta plataforma ha sido Juego de Tronos. Sin embargo, el experto considera que a HBO le hace falta conquistar al público infantil; un problema que no tiene otro de sus competidores, Disney Plus.

“Disney Plus se lo comerá todo”, asegura Nicolás Grijalba, profesor de Historia de Cine y director del Grado en Comunicación Audiovisual de la Universidad Nebrija. La compañía se ha abierto un hueco en el mercado a pesar de haber sido uno de los últimos en salir al mercado (lo hizo en noviembre de 2019, junto con Apple TV) y no ha defraudado. Grijalba destaca el reciente giro estratégico de la compañía, que anunció una reorganización de sus contenidos y servicios para favorecer el mercado del streaming y dejar a un lado las salas de cine. “Supondrá un importante cambio en la manera de relacionarnos con el cine, o con ese universo denso y atractivo llamado audiovisual”. Disney Plus, además, cuenta con dos ventajas: el prestigio de la marca y un amplio catálogo audiovisuales para todos los públicos: desde Star Wars y Marvel hasta Cenicienta.

Nuevos hábitos

¿Ha creado el auge del teletrabajo a raíz de la pandemia una especie de burbuja en el mercado del streaming? Cantalapiedra no lo ve así. Más allá de burbujas, el economista cree que el confinamiento solo ha reforzado un mercado pujante. “El streaming es un fenómeno que tendrá recorrido, más allá de su aumento espectacular durante el confinamiento. Al igual que muchas personas que nunca habían comprado por Internet han tenido su primera experiencia con el confinamiento y ahora van a seguir comprando online, el streaming se seguirá consumiendo, pues ha gustado a muchas personas”, explica Cantalapiedra.

Benito concuerda. “El confinamiento ha ayudado a que la gente conecte más con las plataformas que han encontrado una oportunidad de crecimiento con la pandemia”. El ya citado reporte de audiencias de Nielsen Holdings revela que el gasto en productos tecnológicos (aparatos y servicios, como el streaming) ahora ocupa el tercer lugar en los hogares, aumentando un 44% en comparación con los gastos tecnológicos previos a la pandemia.

“Pero lo más importante es recordar que quien manda es la audiencia. Ellos deciden si la oferta de contenidos es interesante y si la plataforma tiene futuro o no. Debe haber competencia para obligar a las plataformas a invertir en producciones de mejor calidad y a su vez, esa competencia sirve para obligar a las plataformas a competir en el precio”, señala Benito. El caso de Quibi, una plataforma que prometió desbancar a Netflix y que tuvo que cerrar en seis meses, es el mejor ejemplo para comprender lo que dice Benito. No todo el que compite vence, pero para vencer hay que competir.

 

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